Pablo Iglesias está dispuesto a insistir en su estrategia del doble o nada con Pedro Sánchez. La dirección nacional de Podemos está dispuesta a supeditar todo tipo de pacto local (en las Comunidades y Ayuntamientos) con los socialistas a un acuerdo marco a nivel nacional. El partido morado confía en que Sánchez les deje tocar poder y, de ahí, asentar a Iglesias en el ejecutivo.
La nueva lógica de pactos entre varias fuerzas tienen que extenderse a todas las Comunidades y Ayuntamientos en los que los votos de Podemos pueden resultar clave, aseguran fuentes del partido morado. Desde Aragón a Castilla-La Mancha, pasando por la Comunidad de Madrid y Asturias, Podemos está dispuesto a echar toda la carne en el asador. La confianza en Sánchez es muy baja, por ello el líder de Podemos cree que debe demostrar que va en serio.
Modelo valenciano
Hasta ahora, Podemos ha llegado a acuerdos de gobierno con el PSOE solo en Castilla-La Mancha y la Comunitat Valenciana. El modelo valenciano, con áreas de gobierno compartidas (al menos en la primera fase del ejecutivo) es, de hecho, el que inspira todo los movimientos de Iglesias.
Los barones regionales de Podemos están involucrados en la campaña electoral y prefieren que no se mezclen los asuntos nacionales. Pero en el entorno de Iglesias mantienen firme el proyecto de “cambio”, que ahora pasa inequívocamente por “llegar al Gobierno”, dicen.
El próximo lunes 6 de mayo la plana mayor nacional y regional de Podemos se encontrará para reflexionar sobre el futuro. El Consejo Ciudadano analizará los errores cometidos en la campaña de las generales del 28 de abril y aclarará cuál es el presupuesto a disposición para las autonómicas.
El núcleo de Iglesias llega al encuentro convencido de que podrá cerrar filas sobre su plan de combinar los acuerdos a todos los niveles. Aunque sabe que tendrá que afrontar lecturas diferentes sobre la oportunidad de aceptar pactos de gobierno a toda costa con Sánchez.
Las expectativas electorales no son alentadoras. El temor es que la victoria socialista aglutine más el voto hacía el PSOE. Aunque confían en el poder relativo de un voto determinante para decantar las mayorías. Todo el mapa nacional, creen, está dividido en dos bloques: por un lado las “tres derechas”, y por el otro la combinación rojo-morada.
Pugna con Errejón
La plaza madrileña es una de las más relevantes. No solo por el derbi con la plataforma de Íñigo Errejón y Manuela Carmena, Más Madrid. Sino también porque evidenciará un posible cambio de gobierno después de más de 20 años de dominio popular.
En el Ayuntamiento de la capital, no obstante, fuentes de Podemos consideran que Carmena “tiene difícil revalidar la alcaldía”. Por ello, la formación morada ha decidido mantenerse al margen, pero sin escatimar críticas indirectas a la regidora por haber decidido concurrir a las municipales por libre.
Los próximos comicios autonómicos decidirán el futuro del gobierno regional en 12 Comunidades autónomas. De ellas, el PSOE gobierna ya en cinco, pero el perfil de los barones socialistas también permitiría acuerdos con Ciudadanos.
Podemos es consciente de ello, pero espero en que la suma de las izquierdas impida a Sánchez gobernar con el modelo de las geometrías variables, es decir, moldear pactos con diferentes fuerzas políticas en función de cada ley o gobierno local. Por esto Iglesias quiere que Sánchez dé un paso antes del 26 de mayo y confirme su intención de pactar con Podemos. Con el inconveniente de que esto es justo lo contrario de lo que planea hacer Sánchez.