Podemos empuja para que un miembro de su marca catalana, En Comú Podem, esté en el Ejecutivo rojo-morado, si finalmente se cierra el pacto de gobierno. Entre los nombres que suenan de momento se encuentran los de Jaume Asens, amigo personal de Pablo Iglesias y cabeza de lista de los ‘comunes’, y el de Gerardo Pisarello, actualmente en la mesa del Congreso.
Fuentes de Podemos y de En Comú Podem confirman a Vozpópuli esa intención. Razonan que los comunes, grupo liderado en Cataluña por Ada Colau, es uno de los socios de Podemos en el grupo parlamentario, y de los más relevantes. En las últimas elecciones generales, En Comú Podem obtuvo siete diputados y tiene una representación parlamentaria mayor que Izquierda Unida.
Desde Podemos consideran que Asens es el perfil más adecuado para ocupar, por ejemplo, una cartera como la de política territorial. Aunque desde Cataluña señalan el nombre de Pisarello. También fuentes del PSOE confirman que entre los nombres que han puesto sobre la mesa los morados se encuentra el de Pisarello.
Asens es conocido por tener un perfil más soberanista, mientras que Pisarello se le considera más atento a la agenda social.
La cuestión es estratégica. Iglesias quiere mantener cierto peso en Cataluña y conseguir que un representante de En Comú Podem permita enviar el mensaje de que para los morados la cuestión catalana sigue siendo clave. Y, de paso, evitar que se arraigue en la región Íñigo Errejón con su nuevo partido, que mantiene conversaciones secretas con sectores izquierdistas y federalistas catalanes para avanzar en su plataforma nacional.
Autodeterminación de Cataluña
Ambos nombres podrían considerarse polémicos para el PSOE. En el pasado mes de mayo, Asens tuvo que testificar en el juicio del Supremo al procés. Y en declaraciones públicas, el abogado catalán ha defendido abiertamente la convocatoria de un referéndum de autodeterminación de Cataluña.
En el debate de investidura del lunes, Sánchez ha recordado que entre él y el PSOE hay "discrepancias" profundas sobre la "crisis catalana". “Venimos de culturas diferentes”, ha espetado Sánchez esta vez para referirse a Iglesias, aprovechando la intervención de Asens. Y, acto seguido, ha enfriado las esperanzas de un gobierno de coalición con Podemos, para hablar de "pacto de legislatura". "No nos humillarán", le ha contestado Iglesias.
Por otro lado, Pisarello ha votado en la Mesa del Congreso en contra de la suspensión del acta de los políticos independentistas en cárcel preventiva. También destacó su decisión de quitar la bandera española de su despacho en el Congreso de los Diputados y firmó manifiestos como el de Més enllà del 27S. Manifest per la ruptura centrado centrado en “superar el Estado de las autonomías y entregar la palabra al pueblo de Cataluña para que decida libremente su futuro”. También pedía “desobedecer, en el caso de un nuevo bloqueo institucional por parte del estado español e iniciar un proceso constituyente para una futura república catalana”.
Aunque esta es la intención de Iglesias, desde su entorno comentan que “también puede no salir”. Es decir, que todo dependerá del difícil encaje en el que están trabajando a contra reloj los delegados de Podemos y el PSOE para sellar un acuerdo de investidura y de gobierno. Hasta el pasado lunes por la noche, ambas formaciones señalaban que todavía faltaba por cerrar puntos importantes del acuerdo para que se pudiera considerar blindado.
Vicepresidencia "vacía" para Irene Montero
Sánchez, que en su primera intervención de investidura evitó hablar directamente del desafío independentista, vetó a Iglesias en el Ejecutivo por hablar de “presos políticos” en España. Iglesias decidió la semana pasada dar un paso atrás, para intentar desbloquear la coalición en la que aspira a que entren cinco miembros de Podemos y entre ellos Irene Montero.
El PSOE ofreció una vicepresidencia social para Montero. Pero desde el entorno de Podemos aseguran que se trata de una "cáscara vacía". Afirman que los socialistas solo ofrecen competencias de gobierno muy limitadas y que no se ajustan a su aspiración programática. En definitiva, ofertas que de momento no satisfacen al partido de Iglesias.
En Podemos intentan mantener la calma. Aunque ayer entre Sánchez e Iglesias se escenificó un duro combate parlamentario. El líder de Podemos se planteó comenzar su debate de investidura evitando la confrontación dura. Sin embargo, Sánchez logró que Iglesias perdiera los nervios. “Pretende que digamos a los 3,7 millones que nos han votado que sus votos valen menos que los del PSOE. Somos una fuerza no se va a dejar pisotear ni a humillar por nadie”, dijo el líder de Podemos. Y atacó resentido: “Le propusimos un modelo valenciano: nos dijo que ni hablar. Les pedimos competencias en Igualdad, nos dijo que tampoco, ni en Trabajo, ni en Hacienda, ni en Transición ecológica, ni en Ciencia… ¿qué nos han ofrecido ustedes? ¡Que se lo diga a la Cámara!”. Sánchez prefirió no contestar a esa pregunta.