"Yo nunca usaría temas personales para atacar al adversario ni se lo recomendaría a nadie", explicaba hace meses a Vozpópuli una persona que ha compartido muchas horas de trabajo con Pedro Sánchez. Era una de las variantes de no respuesta a la pregunta: ¿Qué te parece que haya fichado de asesor de comunicación a Iván Redondo, tan vinculado al PP?
Fue la tónica en el PSOE durante semanas, allá por septiembre u octubre de 2017; en cuanto trascendió que Sánchez, tras ganar las primarias a Susana Díaz y volver a la Secretaría General, acababa de fichar como asesor a quien había sido bestia negra de Guillermo Fernández Vara entre 2011 y 2015.
Porque, durante esa legislatura, Redondo ejerció para el entonces presidente extremeño, José Antonio Monago, como todopoderoso jefe de gabinete y se puso a rebuscar supuesta basura del entonces líder de la oposición, Vara, lo cual le valió para que los socialistas extremeños le llamaran de todo menos bonito. Antes, en 2007, ya había ayudado al popular Xavier García Albiol a hacerse con la Alcaldía de Badalona con una polémica campaña electoral que incluía un vídeo relacionando inmigración y delincuencia y llamando a "limpiar" las calles del municipio.
Su fichaje por Pedro Sánchez en Ferraz desató una oleada de indignación entre los socialistas; muchos callaron pero otros, como Rodríguez Ibarra, le llamaron "mercenario"
Así que, al enterarse de su fichaje por Sánchez, medio PSOE montó en cólera contra el líder aunque no lo expresara en público. Vara estuvo elegante con su nuevo compañero, prefirió abstenerse de opinar. Daba igual. Ya lo hizo por él su antecesor socialista en el cargo, Juan Carlos Rodríguez Ibarra: "No pretendo yo desacreditar al señor Redondo que hace bien al fichar por quien le quiera comprar y, así, para recordarnos que el oficio de mercenario no solo está circunscrito a los ejércitos profesionales".
El asesor de Sánchez ha estado trabajando desde septiembre hasta ahora en la sombra, como trabajador externo -desde su empresa Redondo & Asociados Public Affairs Firm- y, a decir de los que están en la cuarta planta de la sede socialista, su suerte cambia, como tantas cosas en la vida cuando aconseja al secretario general este jueves 24 de mayo que presente moción de censura contra Mariano Rajoy tras conocerse la sentencia del caso Gürtel.
El líder socialista no está muy convencido, y varios de los que le rodean tampoco. La maniobra tiene riesgos, pero Redondo les convence de que la operación puede salir bien, en caso de perder habrían protagonizado horas y horas de atención mediática, o muy bien, si la moción se ganaba. El resto de la historia es conocida. Para la historia quedan las imágenes del hoy director de gabinete de la Presidencia del Gobierno casi mordiéndose las uñas a la espera del triunfo de su vida como asesor.
La sustitución de Juan Manuel Serrano por Redondo, al margen de las capacidades de cada cual, está siendo muy comentada en el PSOE como una metáfora del 'cambio de piel' de Sánchez en este nuevo tiempo
Redondo ha estado en estos ocho meses tan integrado en el núcleo duro de Ferraz como quien había sido hasta la fecha la mano derecha del líder, el director de gabinete Juan Manuel Serrano; la persona que le acompañó en origen desde 2014, le sigue tras su "derrocamiento", en palabras del presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, en octubre de 2016, y atraviesa el desierto con él desde entonces hasta las primarias de mayo de 2017.
Luego, todo cambia. Serrano ya no encaja en sus planes. El líder gana y empieza a afianzarse en esta nueva etapa de poder en dos personas: Redondo, a quien acaba de nombrar director de gabinete de la Presidencia del Gobierno, y Félix Bolaños, que va a ejercer de Secretario General de la Presidencia, el intendente, La Moncloa, un cargo superior al de Redondo, más administrativo pero crucial en La Moncloa.
Y Serrano, viendo el partido que ha jugado con ambos perdido ha preferido volver a su antigua ocupación como funcionario de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), rechazando otras opciones que le planteaba su amigo.
Serrano no era un personaje apreciado por aquellos cuadros del PSOE que se sintieron perjudicados por él ante al líder, pero bastantes consultados por este periódico creen que su caída, este nuevo "cambio de piel" de Pedro Sánchez refleja bastante de "la condición humana". "Es una metáfora de un nuevo tiempo", admite una diputada.