El presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart, ha reivindicado este martes en el Tribunal Supremo el derecho de autodeterminación y ha advertido de que volverá a haber concentraciones como la del 20 de Septiembre de 2017 por las que se encuentra acusado en caso de se vuelva a aplicar el artículo 155 porque, según ha dicho, el sentimiento de autogobierno está muy arraigado en Cataluña.
Cuixart ha sido preguntado por el fiscal Jaime Moreno acerca de los hechos en los que una multitud de decenas de miles de personas se concentró aquel día ante las puertas del edificio de la Consejería de Economía en donde la Guardia Civil estaba haciendo un registro relacionado con el referéndum 1-O convocado para días después por orden de un juez. El activista independentista ha dicho que aquello fue una convocatoria "espontánea", pero no convocada por las plataformas Òmnium y ANC.
El fiscal le ha mostrado unos tuits de Òmnium en los que convocaba a la gente concentrarse ante los que Cuixart no ha sabido dar respuesta. El representante del Ministerio Publico le ha recordado que en fase de instrucción ante el juez Pablo Llarena él mismo reconoció que se llegaron a mandar. En ese sentido, el presidente de Omnium ha respondido que sus declaraciones anteriores tenían como único objetivo "salir de la cárcel a cualquier precio".
Ha pedido poner en contexto estas movilizaciones después de que hubiese numerosos investigados y registros. Ha dicho que lo que se hizo el Estado fue "suspender la autonomía financiera de Cataluña" y ha llegado a comparar la reacción de los manifestantes con lo hubiese pasado en Francia si alguien suspendiese su autonomía financiera. "Espero que sucediese lo mismo", ha dicho.
Cuixart, quien se ha definido en varias ocasiones como un "preso político", ha cargado contra el Tribunal Constitucional por plantearles "el dilema" que tener que renunciar a derechos fundamentales como el de manifestación y el de expresión y ha asegurado que nunca van a renunciar a ellos, si bien ha expresado varias veces que aquellas movilizaciones no fueron violentas. "El derecho de autodeterminación se gana votando y lo que hicimos en Cataluña es un ejercicio de dignidad colectiva", ha añadido.
Cuixart ha tenido que ser llamado al orden por el presidente del tribunal Manuel Marchena después de que el acusado recurriese en numerosas ocasiones a expresiones como "hostia" o "cojones". Es el undécimo acusado en sentarse en el banquillo. Al igual que el exlíder de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez, ha aceptado responder a las preguntas de la Fiscalía y la Abogacía del Estado. Siguiendo la estrategia del exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, el exconseller de Presidencia Jordi Turull y el propio Sànchez, Cuixart ha iniciado su declaración alegando ser un "preso político".
17 años de prisión
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, Cuixart es uno de los "promotores" del proceso independentista. Se le acusa de mantener viva, a través de Òmnium Cultural, una "estrategia de movilización creciente y permanente" con la que se apoyó el asedio la Conselleria de Economía el 20 de septiembre de 2017 y la ocupación de los centros de votación el 1-O.
Cuixart es uno de los procesados que más tiempo lleva en prisión, desde el 16 de octubre de 2017. El Ministerio Público le imputa un delito de rebelión y pide para él 17 años de prisión. Por su parte, la Abogacía del Estado le acusa de un delito de sedición y solicita una pena de ocho años de cárcel. Y Vox pide 62 años de prisión por dos delitos de rebelión y organización criminal.