Oriol Junqueras no admite las exigencias que está planteando Carles Puigemont en las negociaciones para una investidura. El líder de ERC, interno en la cárcel de Estremera, ha decidido presentarse como candidato a la presidencia en el caso de que el expresidente fugado pretende controlar la política de Cataluña desde Bruselas.
Las conversaciones entre JxCat y ERC para dirimir la fórmula de gobierno parecía avanzar en las últimas horas. Tanto, que se hablaba ya de una posible solución para finales de mes o la primera semana del mes próximo. Sin embargo, la insistencia de Puigdemont en mantener el control de algunas resortes de poder efectivos desde su refugio belga ha irritado a los republicanos. El expresidente pretende ser investido de forma simbólica pero seguir ejerciendo el mando en cuestiones clave,, como la convocatoria de elecciones o la de nombrar y cesar consejeros, informa Catalunya Radio.
De no aflojar en sus pretensiones, es decir, de ejercer tan sólo como presidente simbólico, Oriol Junqueras aspiraría a asumir la presidencia 'legal' en Barcelona, y actuaría como una especie de primer ministro o vicepresidente ejecutivo. No hay que olvidar que el líder de ERC ocupaba precisamente la vicepresidencia y a consejería de Economía antes de la intervención del 155. Los republicanos quieren el área económica, exteriores y los medios de comunicación del futuro 'Govern'.
El panorama se adivina vidrioso. Los equilibrios están a punto de saltar por los aires. La fórmula que ahora se plantea desde ERC entrañaría una bicefalia extraña, con dos poderes, uno fuera y otra en Cataluña, separados por más de mil kilómetros. Junqueras podría asumir ese cargo efectivo dado que todaía no ha sido inhabilitado por el juez Llarena.
Para evitar este extraño híbrido en la cúpula del poder, Puigdemont debería ceder en algunas de sus exigencias, algo que por ahora no parece demasiado factible, según fuentes de la negociación.