Junqueras va a misa, juega al baloncesto, camina, reflexiona, escribe y trabaja intensamente en su celda de Estremera. Redacta borradores para futuros mítines, que podrá pronunciar en el caso de que el Supremo decida aplicarle la 'vía Forcadell' y lo ponga en la calle bajo fianza. También elabora un bosquejo del que será su futuro Gobierno en el caso de que logre imponerse en las elecciones del 21D, tal y como indican los sondeos.
En el núcleo duro de este futuro Ejecutivo de Junqueras no aparecen elementos ni de JxCat, la plataforma de Puigdemont, ni de las CUP, aunque, llegado al caso, no se cerraría a incluir a alguno de ellos en su Gabinete. El líder de ERC mantiene unas relaciones muy frías y tirantes con el expresidente de la Generalitat, a quien considera responsable del desastre del punto final de 'procés'. Uno y otro pugnarán por convertirse en los líderes independentistas de la nueva fase política, la que deberá arrancar una nueva etapa a partir del 22 de diciembre, sin tener demasiado claro cuáles habrán de ser sus líneas maestras. Habrá independientes, y personalidades del activismo secesionista y el mundo de la cultura, comentan fuentes de su entorno.
La candidata 'llorona'
Marta Rovira, la número dos en la lista de los republicanos, fue señalada por Junqueras para ocupar la presidencia en el caso de que la trayectoria penal del antiguo 'Govern' no permita otra alternativa. Será, con todo, el líder de ERC quien controle los mandos, quien dirija la operación. Rovira es voluntariosa y vehemente, apasionada y algo dada a la lágrima, pero en su partido apenas le consideran algo más que una buena mitinera y una apasionada secesionista. Pocos se toman en serio la posibilidad de que vaya a convertirse en presidenta de la Generalitat.
Circula entre el soberanismo la teoría de los dos presidentes, es decir, que Puigdemont, si permanece en Bruselas, ejercería de presidente institucional, al estilo de Tarradellas en el exilio, en tanto que Junqueras y su equipo asumirán las labores ejecutivas. Necesitarán contar con los comunes y quizás con el PSC para sacar adelante sus planes. De momento, el programa que diseña ERC, está basado fundamentalmente en posiciones de corte social, como la pobreza energética, el salario a los segmentos vulnerables y hasta la "desobediencia" si es preciso, un guiño claro y directo a Ada Colau.
En ERC se trabaja asimismo en buscar la fórmula de contrarrestar el protagonismo que está acaparando el expresidente de la Generalitat, presente cotidianamente en los medios internacional y catalanes con una serie de entrevistas en las que busca afanosamente titulares que hagan ruido. Junqueras, desde su prisión, apenas ha logrado algún tipo de relevancia. Ha enviado alguna carta a medios informativos, produce tuits aislados y su figura parece empezar a difuminarse. Este pulso se inclinará en favor de ERC, piensan estas fuentes, si su líder logra recuperar la libertad en los próximos días. Tampoco descartan la posibilidad de que Puigdemont aparezca en Madrid en vísperas de los comicios, como último golpe de efecto a su campaña.
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