Oriol Junqueras ha retomado su discurso político en el mismo punto donde lo dejó hace año y medio cuando fue encarcelado. El líder de ERC ha avisado en el inicio de su interrogatorio en el juicio del procés de que su voluntad es seguir adelante con el derecho de autodeterminación de Cataluña sea o no condenado.
Junqueras ha declinado contestar a la Fiscalía y las acusaciones al considerarse un preso político. Y sólo ha respondido a su abogado defensor. No ha habido un cambio sustancial en la posición de Junqueras, que en su primera hora de declaración no ha citado una sola vez a Carles Puigdemont.
Para el ex vicepresidente de la Generalitat hay una voluntad mayoritaria a favor de la autodeterminación de Cataluña que debe plasmarse en la celebración de un referéndum. Junqueras ha vuelto a culpar al Gobierno y los tribunales de frenar un deseo que en su opinión es democrático, pacífico y sostenido en el tiempo.
"Intentamos sentarnos en una mesa de diálogo, pero la silla de enfrente siempre está vacía", ha dicho en varias ocasiones.
Poco antes del receso, Junqueras había empezado a hablar de los sucesos de octubre del 2017 pasando de puntillas por los plenos de la desconexión (ley de transitoriedad y referéndum) de los días 6 y 7 de septiembre del 2017. Y en alusión al delito de rebelión que se le imputa ha asegurado que "nunca, nunca, nunca" aceptaría un movimiento violento. Es más, ha dicho, en ese caso se pondría enfrente.
"Yo amo a España"
Por lo demás, Junqueras ha utilizado la retórica habitual. Ha citado los ejemplos de Quebec o Escocia. "Votar no es delito", ha dicho. Y ha vuelto a adornar sus palabras con apelaciones al diálogo y "amor a España". "Yo amo a España", ha llegado a decir.
La primera hora de su declaración, que parecía una entrevista, le ha servido para contextualizar el proceso separatista. Ha vuelto a referirse a la sentencia del Estatut y las sucesivas elecciones del 2012 y el 2015.
Junqueras ha restado importancia a las declaraciones soberanistas del Parlament y ha venido a decir que todos los órganos para la independencia que se crearon no eran para desafiar al Estado.