El libro 'El naufragio. La deconstrucción del sueño independentista' (Ediciones Península) de la periodista de 'La Vanguardia' Lola García aborda la evolución del proceso soberanista desde 2012 y asegura que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ya contemplaba en enero de 2017 tenerse que ir a vivir al extranjero.
Recogido por Europa Press, el avance editorial de la obra relata que en una reunión distendida con amigos a principios del año pasado, junto al fuego de una chimenea y tomando un gintónic, vaticinó que el proceso acabaría en un conflicto abierto: "Se va a montar un pollo".
Ante el posible conflicto, el libro asegura que Puigdemont avisó de que no se sometería a los tribunales: "Yo no seré un cagado como Mas --el expresidente de la Generalitat-- y Homs --exconseller--, no me someteré al Tribunal Constitucional".
Preguntado por sus amigos por qué haría entonces, Puigdemont replicó con una frase que dejó helados a los presentes: "Igual tengo que marchar al exilio", y añadió que intervendría en la política catalana a través de las redes sociales.
La marcha de Puigdemont a Bélgica se consumó a finales del mes de octubre de ese año, y libro sostiene que, aunque había comentado sus planes a varios miembros del Govern, algunos de los consellers se quedaron sorprendidos por la marcha del expresidente.
Tras la aplicación del artículo 155 el viernes 27 de octubre, el libro asegura que los consellers tenían la orden de ir el lunes 30 a trabajar a sus despachos con normalidad, pero recuerda que solo lo hizo Josep Rull, y de forma simbólica porque al salir ya no volvió nunca a su puesto de trabajo.
Revela que los consellers Turull y Romeva quedaron ese lunes para tomar un café juntos antes de entrar en el Palau de la Generalitat, y allí recibieron un mensaje de que Puigdemont ya se había ido al extranjero: "Los dos se quedan perplejos. No se lo esperaban", expone la autora.
El papel de Oriol Junqueras
La obra también aborda el papel del entonces vicepresidente del Govern Oriol Junqueras, de quien asegura que íntimamente era partidario de convocar elecciones y evitar la declaración de independencia, pero nunca llegó a transmitirlo en público en las reuniones previas al 27-O.
"En lo más íntimo de su ser, el líder de ERC desea elecciones, pero en ningún momento le pide a Puigdemont que las convoque. Tampoco que no lo haga. Y deja que Rovira --la secretaria general de ERC-- ponga contra las cuerdas al presidente", relata García en su obra.
Reuniones secretas
'El naufragio' recoge algunas reuniones secretas entre representantes de la Generalitat y del Estado en el que se buscó encauzar el conflicto y evitar una salida satisfactoria para las dos partes, pero ninguno de esos encuentros fue fructífero.
Una de las más destacadas es una que mantuvo siendo presidente Artur Mas con el entonces presidente del Tribunal Constitucional Francisco Pérez de los Cobos, que se celebró en un convento de monjas de Madrid para "intentar algún tipo de acercamiento en el marco de la Constitución".
Mas se llegó a reunirse con el presidente Mariano Rajoy hasta tres veces en secreto
También revela que Mas se llegó a reunirse con el presidente Mariano Rajoy hasta tres veces en secreto, y que Rajoy y Puigdemont se intercambiaron los números de teléfono tras los atentados de agosto de 2017, pero asegura que no llegaron a llamarse nunca, ni en los días previos a la declaración del 27-O.
Además, expone que Rajoy no era partidario de que el Rey diera un discurso el 3 de octubre de 2017 en contra de los planes independentistas de Puigdemont, pero que accedió ante la insistencia del monarca, que en conversaciones reservadas siempre recalca que fue "idea" suya.
El monarca le había insistido al presidente en que la Corona tenía que pronunciarse ante el desafío al Estado que se estaba llevando a cabo desde Catalunya. Rajoy era reacio", continúa, pero finalmente el monarca envió el discurso a la Moncloa y acabó pronunciándolo.
Votaciones en plazas
En las reuniones previas al referéndum del 1 de octubre, el libro asegura que el entonces delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, planteó que el Govern accediera a cerrar los colegios electorales a cambio de que el Estado permitiera la votación en plazas, y sedes de entidades y partidos independentistas.
Millo incluso planteó que, tras la votación, Puigdemont convocara una manifestación de protesta, pero el presidente catalán le replicó: "Nosotros ya sabemos lo que tenemos que hacer, no hace falta que nos lo digas tú".