Llegó en taxi, con Juan Bravo, y se fue en taxi. Alberto Ruiz-Gallardón, el que fuera alcalde de Madrid, presidente de la Comunidad de Madrid y ministro de Justicia, ha sido el cuarto presidente de la región que ha acudido a declarar a la Comisión de la Asamblea que analiza la corrupción en la Comunidad de Madrid.
Antes lo habían hecho Cristina Cifuentes, Ignacio González y Esperanza Aguirre.
Ninguna de las declaraciones de estos políticos ha logrado datos importantes sobre los años de gobierno del PP, pero la oposición ha querido montar esta especie de tribunal de honor contra los rectores del Partido Popular para deteriorar su imagen ante la opinión pública.
En los casos anteriores el PP llamó a sus diputados para que acudieran a apoyar a su antiguo presidente/a. El momento más espectacular fue cuando Cristina Cifuentes acudió el pasado mes de junio. Sus diputados le hicieron un pasillo para apoyarla y aplaudirle desde su despacho, en el edificio de grupos, hasta la sala donde declaraba.
El viernes con Gallardón en la Comisión de Corrupción en la Asamblea de Madrid no hubo pasillo ni llamada a los diputados populares. Tan sólo estaban los miembros de la Comisión y tres parlamentarios populares: María Delgado, Bartolo González, e Isabel González, hermana de Ignacio González. Esta última sólo estuvo presente en la comparecencia de Gallardón, mientras que los otros dos también lo hicieron en la de Juan Bravo y Pedro Calvo.
El exministro de Justicia de Mariano Rajoy estuvo escuchando las comparecencias anteriores en el despacho del portavoz popular, Enrique Ossorio, con quien bajó luego hasta la sala donde se desarrollaba la sesión.
Gallardón pudo “expresar la verdad de la compra de Inassa y defendió el trabajo de su gobierno y la honradez de su equipo”.
Ruiz-Gallardón salió, según personas cercanas, contento y satisfecho porque pudo “expresar la verdad de la compra de Inassa y defendió el trabajo de su gobierno y la honradez de su equipo”.
Ganó su pelea dialéctica con Miguel Ongil (Podemos) y César Zafra (Ciudadanos) que siempre intenta superar en agresividad al representante de Podemos. Y empató con la representante del PSOE, Encarnación Moya. Ninguno quiso pelea.
Muchos de los diputados del PP no pudieron evitar hacer comparaciones cuando dijo que ninguno de los miembros de su equipo había estado implicado en los graves casos de corrupción del PP.
En el caso de Esperanza Aguirre han sido encausados su vicepresidente, Ignacio González, su número dos del partido, Francisco Granados y su consejero de Deportes, Alberto López Viejo, además de alcaldes y diputados.
Gallardón se fue como llegó, en taxi, no sin antes hacer un recuerdo a su padre, decir que había abandonado para siempre la política y expresar que seguirá militando en el PP.