“El partido está desmovilizado”. Las críticas internas a la gestión orgánica del PP que están realizando tanto el secretario general, Teodoro García Egea, como el vicesecretario de Organización, Javier Maroto, van in crescendo después del aparente cierre de filas de la convención y la proclamación de las candidaturas para las autonómicas y municipales del 26-M.
“Nos enfrentamos a un partido en nuestra derecha como es Vox que tiene una base movilizada y dispuesta a salir a la calle”, dicen fuentes consultadas por Vozpópuli. “Nosotros tenemos un partido cada vez más desmovilizado y con riesgo de fuga de militantes y cargos”.
Ni Maroto, ni García Egea son inmunes a las acusaciones de varios sectores del PP por sus “malos modos”, “amenazas” y “promesas incumplidas”. “Se están hartando de prometer puestos en el Senado por designación autonómica, y no hay tantos”, aseguran estas fuentes.
Los incendios del PP
Son varios los incendios que identifican los más críticos con los números dos y tres del PP. El primero, Andalucía. “Las listas se poblaron de casadistas y resulta que el presidente es Juanma Moreno Bonilla”, dicen. “Normal que ahora se vayan algunos de ellos”, recuerda en referencia a la renuncia al acta de diputado autonómico de Juan Ignacio Zoido.
No es el único caso. Y consideran que García Egea y Maroto han pasado por encima de órganos autonómicos y provinciales sin miramientos. El caso más paradigmático y conocido, por el fiasco que ha supuesto, fue la apuesta por Ruth Beitia en Cantabria cuando María José Sáenz de Buruaga estaba casi ratificada.
Beitia dio la espantada en 15 días, Sáenz ha recuperado la candidatura y el partido se enfrenta a una fuga de militantes a Vox por lo ocurrido. Fuentes de la dirección de Vox han explicado a Vozpópuli que no han detectado altas masivas en Cantabria y dicen que el crecimiento de afiliación del partido es “sostenido” en todo el país.
Maroto y García Egea, con el visto bueno del líder Pablo Casado, también ha impuesto a Cuca Gamarra como aspirante a la alcaldía de Logroño cuando estaba casi cerrado el nombre de Conrado Escobar. “(José Ignacio) Ceniceros quedó en una posición muy complicada en el partido”, aseguran.
Otro nombramiento polémico, que apenas han saltado de las páginas de los diarios regionales, ha sido el de Pablo Pérez en detrimento de José Luis Sanz Merino –ya electo por los órganos de dirección provinciales- como candidato a la alcaldía de Segovia.
Ávila, Burgos y Cáceres
En Ávila, circunscripción por la que Casado es diputado en el Congreso, el PP ha nombrado a Sonsoles Sánchez Reyes como aspirante a la alcaldía en lugar de Jesús Manuel Sánchez, presidente de la Diputación. El líder del PP tuvo que viajar recientemente a Ávila a calmar los ánimos.
En Burgos, el líder autonómico Alfonso Fernández Mañueco tenía en mente como candidatos a la alcaldía a la portavoz municipal Carolina Blasco o el ex subdelago Roberto Saiz. Pero finalmente repetirá el actual alcalde Javier Lacalle, que aspira a un tercer mandato.
En Cáceres, por ejemplo, también repetirá la candidata Elena Nevado cuando había otros nombres encima de la mesa. Tampoco ha gustado a algunos sectores la elección para la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso, a la que ven sin el fuste necesario para conservar una plaza emblemática del PP.
En opinión de estas fuentes, casos de este tipo y algunas actitudes del tándem Maroto-García Egea han alimentado un malestar creciente de la militancia. Y están desmovilizando a los afiliados en un momento crucial. El PP se juega verse atrapado en un sándwich por su derecha con Vox y por el centro con Ciudadanos.