Política

La maniobra de Maduro para acallar el voto crítico: solo permite votar al 1,3% de los venezolanos en el extranjero

El régimen de Nicolás Maduro impide que voten los venezolanos que no tienen concedida la residencia en el extranjero, por lo que de cinco millones solo tienen derecho a voto 69.000

  • Nicolás Maduro, presidente de Venezuela / -

Manuel es peluquero y regenta el local 'MyM Barbería' en el madrileño barrio de Hispanoamérica. Salió de Venezuela hace dos años, primera vez que montaba en avión, para labrarse un futuro más próspero en España. Las expropiaciones de Hugo Chávez arruinaron la empresa para la que trabajaba su padre y su madre cobraba un salario "de miseria" como maestra. En Madrid empezó trabajando como asalariado, pero terminó ahorrando lo suficiente para montar su propia peluquería. Manuel, que cuando vino a España seguía teniendo un tic nervioso cuando se acercaba una moto por detrás -forma de robo habitual en Venezuela-, no podrá votar en las elecciones presidenciales de Venezuela este domingo.

Como Manuel, ocho millones de venezolanos viven lejos de su patria, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Cifras y nombres que no les interesan a groupies del régimen bolivariano, como el ideólogo de Podemos Juan Carlos Monedero y otros intelectuales de la extrema izquierda española.

En una muestra más de mala praxis democrática, Nicolás Maduro cuenta con una herramienta legal que impide a una amplísima mayoría de los venezolanos emigrados votar en las elecciones presidenciales. Una maniobra que le permite acallar al voto crítico, prácticamente unívoco entre quienes han tenido que dejar atrás su país por el desastre de las políticas bolivarianas.

De los ocho millones de venezolanos que viven fuera del país, son cerca de cinco millones los mayores de edad que, como en cualquier democracia consolidada, deberían tener derecho al voto, como explica en Efe Estefanía Parra Anselmi, coordinadora internacional de Voluntad Popular y opositora residente en España.

Sin embargo, de los cinco millones de venezolanos que deberían poder elegir al próximo presidente de su país pese a habitar fuera del país, solo 69.211 están habilitados para ello. Es decir, apenas el 1,3% de los venezolanos que residen en el exterior podrán votar para cambiar al régimen que les hizo marchar de su país.

Una estrategia de Nicolás Maduro sustentada en la Ley Orgánica de Procesos Electorales, que en su su artículo 124 estipula la obligación de tener la condición de residente permanente en el país al que se haya emigrado: "Sólo podrán sufragar en el exterior los electores y las electoras que posean residencia o cualquier otro régimen que denote legalidad de permanencia fuera de Venezuela. Así mismo podrán sufragar en el exterior, los funcionarios y las funcionarias adscritos y adscritas a las embajadas, consulados y oficinas comerciales".

Este impedimento legal ha sido aprovechado por el régimen de Maduro para impedir que más del 98% de los venezolanos que se han visto obligados a abandonar el país tengan derecho a votar. Es más, esta normativa ha sido utilizada por los entes de Maduro para rechazar formas de identificación como las visas, que habían sido aceptadas en el pasado. De hecho, en las anteriores elecciones venezolanas, fueron 110.000 los ciudadanos que pudieron votar desde el exterior.

"El Gobierno de Maduro te rompe las rodillas y te da muletas"

Manuel confía en que no habrá "amaño" y en que se cumplirán los pronósticos y ganará la candidatura opositora de María Corina Machado. Aunque sí considera que "están haciendo trampas para que la gente no pueda votar", como la mencionada para frenar el voto crítico extranjero.

La familia de Manuel tenía una vida estable hasta que Hugo Chávez alcanzó el poder: "Antes de que se monte Chávez en el Gobierno teníamos una situación buena. Mis padres trabajaban. Cuando Chávez empezó a expropiar cerró el trabajo de mi padre. Mi mamá es maestra y allá ganan una miseria. Fue un cambio muy grande para nosotros".

"No éramos pobres y tampoco de clase alta, pero teníamos cierta estabilidad. Después de Chávez y con Maduro, las cosas empeoraron mucho. Se fue todo a la basura. Hubo un momento en que no se conseguía comida. Ahora, afortunadamente, sí hay comida, pero todo sale muy caro".

Manuel explica que la "economía es muy inestable, el Gobierno paga sueldos basura pero regala bonos que no dan para vivir pero sirven para tener el pueblo comprado. Se trata del típico modelo socialista-comunista que te quiebra las rodillas pero te da las muletas para andar. Te pago poco de sueldo y pensión pero te doy un bono para hacerte creer que vives bien".

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