Política

Pedro Sánchez busca amparo en la Abogacía del Estado para intentar frenar 'in extremis' su declaración judicial

El presidente del Gobierno pidió 'motu proprio' al juez declarar por escrito. Pero Peinado se lo ha denegado. El líder socialista se dirigió a él como jefe del Ejecutivo

  • Pedro Sánchez, saliendo de Moncloa. -

Pedro Sánchez busca amparo en la Abogacía del Estado para intentar frenar 'in extremis' su declaración judicial del próximo martes. El presidente del Gobierno acaba de recibir una torta de Juan Carlos Peinado, el juez que investiga el caso que afecta a su mujer, Begoña Gómez. Pedro Sánchez se dirigió este miércoles 'motu proprio' y sin intermediario legal al togado, quien le citó a declarar el próximo 30 de julio en calidad de testigo, para pedirle hacerlo por escrito en razón de su cargo. Pero Peinado se lo ha denegado este viernes.

El núcleo duro del presidente confirma que la Abogacía del Estado, el organismo responsable de asistir legalmente al Estado, a sus instituciones y a quienes las representan, está a la espera de que Pedro Sánchez sepa en calidad de qué (marido o presidente) está llamado a declarar. Precisamente, por ahí fue el recurso que interpuso el letrado de Begoña Gómez, el exministro socialista Antonio Camacho.

Y esa también ha sido estos días la cantinela de Moncloa cuando se preguntaba por el asunto de marras. "Habría que ver cómo se notifica la citación y en qué condición [...] Pero lo cierto es que hay una capacidad de filtración documental tremenda y hay falta de garantías en este proceso", se quejaba un estrecho colaborador del presidente. La Secretaría de Estado de Comunicación no responde cuando se le pregunta si el presidente ha recibido ya la citación.

Peinado vuelve a retirar que le cita por marido

En cualquier caso, Peinado ya ha dejado claro de nuevo que su interés en interrogar a Pedro Sánchez es consecuencia de su condición de cónyuge de Begoña Gómez, pese a que el togado se contradiga al limitar el lapso a la fecha desde la que Sánchez es presidente. Aún así, la estrategia de Moncloa es intentar vincular la citación como testigo a Pedro Sánchez con el cargo que ostenta. En primer lugar, para evitar la imagen que, critican los socialistas, busca el juez en plena coordinación con la derecha política y mediática: la del líder del PSOE declarando. Y nada menos que en Moncloa, donde Peinado ya ha pedido enviar los medios técnicos la víspera para tomar declaración.

El líder socialista se dirigió al juez instructor este miércoles como jefe del Ejecutivo en un documento con el membrete del presidente. Pero Peinado considera que ese derecho que asiste al jefe del Ejecutivo no es aplicable en esta ocasión porque él investiga cuestiones sobre las que Pedro Sánchez habría tenido constancia precisamente por ser el marido de Begoña Gómez y no el presidente, ante lo que la ley establece que la testifical se practicará "en su domicilio o despacho oficial", según razona el juez.

Otra de las quejas de Moncloa es que la citación de Pedro Sánchez, que Peinado decidió el viernes pasado -cuando Begoña Gómez se negó a declarar-, tiene por objeto no dejar margen de maniobra para que prosperen los recursos. El equipo del presidente confía en que la menos uno de los dos recursos presentados en la Audiencia Provincial que está sin resolver, el de la Fiscalía, pueda terminar archivando el caso.

De hecho, el equipo del presidente ya está presionando para lograrlo. Además, como ya contó este diario, todo parece indicar que si no prospera ninguno de los tres recursos, las defensas implicadas en la causa se moverán -de manera coordinada- para intentar recusar al juez y apartarle. En plata: la de Begoña Gómez y la de su socio, el empresario Carlos Barrabés.

Un panorama complicado

Lo que parece seguro es que el mismo martes 30, el día que el juez tiene intención de desplazarse a Moncloa para interrogar al presidente, se celebrará el último consejo de ministros del curso. Y ese mismo día, por la tarde, es muy probable que se celebre el tradicional despacho de Pedro Sánchez con el Rey Felipe VI en el Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca. La previsión es que la actividad política se reanude ya el 27 de agosto con el primer consejo de ministros tras el periodo vacacional.

Un año y un día después del 23-J, el presidente vive un escenario imposible. En este tiempo, su mujer, Begoña Gómez, ha sido imputada por la presunta comisión de dos delitos; él mismo está citado a declarar como testigo el próximo 30 de julio; se han sucedido informaciones sobre su hermano, David Sánchez, que son cada vez más incriminatorias y que también están siendo atendidas en un juzgado; ha sufrido el estallido de un caso de corrupción alimentado durante su presidencia que ha derribado a su ex mano derecha José Luis Ábalos; ha sido incapaz de armar unos Presupuestos para este año; tiene a sus socios en alerta y la ley de amnistía -el peaje que pagó para revalidar el Gobierno- no termina de carburar al estar su aplicación en manos de la Justicia.

El panorama es tan complejo que entre algunos dirigentes socialistas empiezan a surgir dudas. No solo acerca de la viabilidad de la legislatura, sino de la ejemplaridad del matrimonio que habita en Moncloa. Ya hay quien cuestiona abiertamente "las actuaciones poco estéticas de Begoña Gómez", como las califica un cargo socialista con asiento en el Comité Federal. Eso sí, cabe reseñar que el sentir general del partido es que la citación a Pedro Sánchez es exagerada.

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