Mariano Rajoy no estuvo presente en el Hemiciclo durante la intervención de Albert Rivera en la moción de censura presentada por Podemos. Se encontraba en el palacio de la Moncloa 'con otros asuntos'. Pero le agradó el discurso del líder de Ciudadanos y, en particular, su firmeza y valentía frente a la actitud "prepotente y chulesca", de Pablo Iglesias, según fuentes del PP. "Rivera la ganó el pulso", comentaron.
El presidente del Gobierno ha encargado a su equipo, liderado por Fernando Maíllo, el coordinador general del partido, coordinar las relaciones con el partido naranja para mantener el acuerdo de investidura, suscrito hace casi un año, al margen de las tensiones y contingencias políticas. Rafael Hernando, jefe de la bancada popular, es otro elemento imprescindible en este operación.
Ciudadanos "es nuestro socio preferente y pretendemos que lo siga siendo. Nada ha cambiado en este sentido", señalan fuentes del PP. Rajoy se refirió a este punto en la larga comida, desde las tres a las siete de la tarde, que mantuvo con dirigentes de su grupo parlamentario y otros estrechos colaboradores esta semana, en un restaurante próximo al Congreso, tras el debate de la moción.
El partido naranja es pieza fundamental en los planes del Gobierno por dos motivos: Para sacar adelante la actual legislatura y para evitar la imagen de soledad parlamentaria que tanto desgastó a Rajoy en sus años de mayoría absoluta. Entre ambas fuerzas se han vivido situaciones de enorme tensión y enfrentamientos nada amables.
El momento más rápido tuvo lugar durante el pulso por la renuncia del entonces presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez. Ciudadanos forzó su salida pese a que no se le había abierto juicio oral. Rajoy tuvo que dar su brazo a torcer, después de haberlo apoyado y haber defendido su presunción de inocencia en varias intervenciones públicas. La acción de la Justicia le dio finalmente la razón a Rivera. Pedro Antonio Sánchez fue encausado aunque se mantiene aún en las filas del grupo parlamentario en Murcia y sigue siendo el presidente regional a la espera de que se concrete la decisión del Tribunal.
La puesta en marcha de la comisión de investigación de las finanzas del PP ha sido otro momento de crisis. En Génova se considera esta iniciativa parlamentaria una especie de "causa general" contra el PP y hasta se llegó a hablar de la "Triple Alianza" en relación a PSOE, Podemos y Ciudadanos, las tres fuerzas que han pugnado por sacar adelante esta comisión. "Es una absoluta muestra de deslealtad", dijo Rafael Hernando, portavoz de los populares en el Congreso. Maíllo la calificó de "La comisión de la Inquisición", ya que sus impulsores llegaron al acuerdo de que Rajoy comparezca para explicar la presunta 'caja B' del partido.
El 'pacto de las lentejas'
El alineamiento de Rivera, en esa ocasión, con las fuerzas de la izquierda cayó muy mal en Génova, donde se entendió este paso como una especie de traición. Así lo comentaban los populares en privado. Rivera recordaba, con insistencia, que la formación de esta comisión está incluida en las 100 medidas del pacto de Investidura y le reprochaba al PP no asumir sus compromisos.
Ciudadanos se mantuvo firme, entre otros motivos, porque pretende sacudirse la imagen de que Rajoy desprecia ostensible y olímpicamente ese acuerdo, bautizado por Maíllo como "el de las lentejas". Es decir, se firmó el pacto porque no hay más remedio, pero no se le hace ni caso, vino a explicar con otras palabras. La respuesta desde las filas del PP llegó en forma de otra comisión, esta vez en el Senado, donde cuenta con mayoría absoluta, sobre las finanzas de todos los partidos, Ciudadanos incluido. Rivera será posiblemente llamado a comparecer, según las previsiones.
"Si quieren gobernar, que ganen las elecciones"
Se aproximan fechas incómodas para Rajoy. No sólo la comisión de las finanzas, sino también su comparecencia ante los tribunales como testigo en el caso 'Gürtel'. Ciudadanos aprovecha el flanco débil de su socio y rival para ascender en las encuestas. Es el partido de la intransigencia con la corrupción, activo beligerante con los escándalos. "En eso no va a cambiar. Pero es un socio fiable en las cuestiones de Estado. En los momentos imprescindibles, va a estar ahí", dicen en el PP, donde, por otra parte, siempre se ha recelado de la actitud 'cambiante' de Rivera, que apoyó la investidura de Pedro Sánchez y luego la de Rajoy.
No se va a dejar tentar ahora por los cantos de sirena que le llegan desde el nuevo equipo socialista, que preside el propio Sánchez. Entre otras cosas, porque su animadversión hacia Podemos es visceral, como se demostró en el debate de la moción. "Si quieren desalojar a Rajoy del Gobierno, que ganen las elecciones, dentro de tres o cuatro años. El PP tiene más diputados, por eso están ahí", dijo Rivera este viernes.
"La relación entre Rajoy y Rivera es mejor de lo que parece", señalan fuentes del PP. "Cada partido tiene sus objetivos y nos disputamos un espacio electoral concomitante. Rivera va a morder siempre que pueda en las cuestiones de corrupción, es nuestro flanco débil, lo sabemos. Pero lo en lo personal no hay excesivos problemas", añade un miembro de la dirección del partido.
Ciudadanos siempre va a estar con el PP en las cuestiones de Estado, en la lucha contra los separatistas, en la unidad de España, en la defensa de Europa... Votaron en favor de Rajoy en la censura y del Gobierno en los Presupuestos. Montoro prepara ahora el siguiente asalto: el techo de gasto para las cuentas públicas de 2008. Ya se ha puesto en contacto que el equipo naranja para desbrozar el principio del largo camino hacia el acuerdo.
El 28 de agosto se cumple un año del acuerdo suscrito entre el PP y Ciudadanos para la investidura de Rajoy. Juan Carlos Girauta y Rafael Hernando oficiaron la firma, en presencia de sus colaboradores. La rúbrica se celebró en el Congreso, pese a ser domingo. Había prisa. La negociación fuen lenta y complicada pero llegó a buen puerto.
Un año después, Rajoy pretende blindar y relanzar este acuerdo. Vienen días complicados y es preciso salvaguardar esta 'entente'. Rivera lo tiene fácil. Arañarle votantes al PP, principal objetivo, es más sencillo desde su posición actual que en la de los juegos malabares con los socialistas. Le favorece el factor generacional y su intransigencia con la corrupción. Las encuestas así lo indican. El PP confía en que la recuperación económica sigue jugando decisivamente a su favor. "Si ellos crecen y nosotros nos mantenemos con una mayoría incontestable, todo irá bien", subraya la mencionada fuente. "Por ahora no hay señales de que las cosas vayan a cambiar", añaden.