Para Mari Carmen Prieto, una cosa es el discurso del portavoz de Ciudadanos en Andalucía y otra, sus acciones en el día a día. En conversación con este periódico, la ahora diputada no adscrita por Málaga del Parlamento andaluz denuncia con más rotundidad que nunca la "complicidad" que ha marcado la relación entre el Gobierno de Susana Díaz y Juan Marín - reelegido recientemente como líder naranja tras unas primarias exprés - en esta legislatura, y asegura que ese fue el principal motivo de que la propia Prieto abandonara voluntariamente el grupo naranja a principios del pasado año tras ser amenazada de expulsión por 'dejación de funciones'.
"Yo insistía siempre en debernos a nuestro ideario pero no así Marín, y empecé a sentirme cada vez más al margen de las decisiones", dice Prieto, que ha querido narrar a Vozpópuli la que fue, a su juicio, una de sus discusiones más tensas con el líder andaluz de la formación naranja, ocurrida a mediados de 2016.
"Fue a propósito de un decreto para dar funciones dudosas a 1.500 personas que estaban cobrando de la Administración sin tareas asignadas: procedían de la extinta Faffe, investigada en el juicio de los ERE. Había familiares y gente cercana al socialismo. En el grupo estábamos convencidos, incluido el propio Marín, de que era un decreto que serviría solo para enchufar gente del PSOE, pero sin embargo Marín insistía en preguntarnos si nos debíamos mojar o dar la patada adelante. Nos planteaba hacer la vista gorda", narra Prieto. "Algún miembro del partido hablaba de esperar a ver qué hacían los demás partidos pero yo insistía en que debíamos votar en contra, que ese era nuestro ideario, que no podíamos votar a favor ni tampoco abstenernos, por mucho que esto pudiera llegar a ser suficiente para impedir el decreto según lo que votara el resto de la oposición. Se suponía que habíamos llegado para regenerar la política, no se podía tolerar otra cosa ni me podía creer lo que estábamos debatiendo".
Sin embargo, para Marín, "como él mismo me dijo, debíamos asumir que vivíamos en un mundo real, adulterado, pero real. Yo me opuse hasta el final y Marín acabó amenazándome con abrirme expediente. Al final, y creo que en buena parte por la discusión, nos abstuvimos, aunque diciendo solo que lo hacíamos porque el decreto no se había tramitado de forma muy transparente".
Cortina de humo
El anuncio esta semana de Marín de que no negociará nuevamente los presupuestos con la baronesa andaluza si no cumple con la regeneración democrática acordada hace tres años es considerada por Prieto como una cortina de humo en campaña electoral.
"El PSOE no ha cumplido en regeneración democrática. Espero respuestas y no patadas hacia delante", dijo Marín, quien se quejó de que en este apartado del acuerdo de Legislatura hay "muchísimos incumplimientos", porque los socialistas "no quieren hablar de esto", según ha recogido El Mundo.
"Ciudadanos ha tolerado que eso no se produzca en estos tres años y ha hecho muchas veces la vista gorda, Marín ha estado muy cómodo con el PSOE", insiste Prieto. La parlamentaria recuerda el "pacto" entre socialistas y naranjas andaluces para cerrar el Parlamento a las intervenciones de representantes de la sociedad civil, el cual le llevó a romper en una ocasión la disciplina de voto con la consecuente reprimenda del grupo parlamentario.
"Yo pensé que Ciudadanos había llegado para regenerar la política, no para acomodarse en ella. Por eso principalmente abandoné el partido y he decidido que abandonaré la política tras las próximas elecciones", asegura Prieto, que ahora mismo está 'vetada' de las comisiones legislativas del Parlamento por propuesta de Ciudadanos y apoyo de la Junta de Portavoces de cara a fijar línea para futuros casos de 'rebeldes'. "Estos tres años en el Parlamento me han convertido en una abstencionista política".