El programa español de submarinos S-80 sale a flote en el tablero internacional. Pese a los numerosos contratiempos por los que ha tenido que pasar en los últimos años y que han afectado a su reputación, Navantia ha empezado a ofrecer el citado programa a las Armadas de los Países Bajos y la India. Ambos países empiezan a dar los primeros pasos para renovar sus respectivas flotas submarinas.
Las opciones son escasas frente a astilleros competidores como los de Francia y Suecia, pero al menos el programa de los S-80 comienza a entrar en las pujas internacionales. Los astilleros públicos de Cartagena son, a día de hoy, uno de los pocos del mundo con capacidad para fabricar submarinos militares.
Navantia tiene previsto botar el primer S-80 el año que viene y entregarlo a la Armada española en 2022, lo que supone un retraso de diez años respecto del plazo inicialmente previsto. Y es que la nave tuvo que ser rediseñada en varias ocasiones debido a un grave problema de control de pesos que comprometía su navegabilidad.
El coste se disparó
Ante el riesgo de que no saliese a flote, la compañía tuvo que alargar el casco resistente de los 72 metros iniciales a los 80,81 finales y el coste se disparó: de los 1.800 millones de euros presupuestados de inicio como techo de gasto, se pasó a 3.000 millones hace cinco años con las primeras dificultades técnicas y a 3.905 millones en 2018, cuando el Consejo de Ministros aprobó la última fase del proyecto. A ello se añadió que el arreglo de aquel fallo, con los 10 metros suplementarios, obligaron a dragar y ampliar la base de Cartagena con 16 millones de euros suplementarios, según desveló El País.
El Ministerio de Defensa aseguró el pasado mes de julio que el programa del S-80 está terminado en un 90% y que sólo queda por concluir "la parte correspondiente a la producción, que tiene sus plazos”. Con todo y con eso, los dos primeros submarinos no contarán con el llamado sistema de propulsión anaerobia (AIP, de sus siglas en inglés 'Air Independent Propulsion') que le permitirá navegar por las profundidades del mar sin necesidad de salir tan a menudo a flote para repostar aire.
Hay dos empresas que desarrollan este AIP y ya han llegado a una solución: Técnicas Reunidas y Abengoa, según Abc, pero aún falta por saber cuál de las dos se adjudicará el contrato final. Así que este novedoso sistema sólo se incorporará a los submarinos españoles S-80 cuando realicen su primera parada técnica de mantenimiento.
Objetivos terrestres
Según las últimas estimaciones del astillero en Cartagena, el calendario de entrega es el siguiente: S-81 Isaac Peral, en septiembre de 2022; S-82 Narciso Monturiol, en mayo de 2024; S-83 Cosme García, en marzo de 2026; y S-84 Mateo García de los Reyes, en julio de 2027.
Estos nuevos sumergibles relevarán a los actuales Galerna (S-71), Mistral (S-73) y Tramontana (S-74), que alcanzarán así los 40 años de servicio al final de su vida útil después de las obras de revisión a las que van a ser sometidos en los próximos años. El Siroco (S-72) fue dado de baja en 2012.
Los submarinos españoles suelen participar en misiones con los grupos navales de la OTAN, han formado parte de la misión de la UE 'Sophia' para evitar el tráfico ilícito de personas y realizan operaciones de inteligencia, siendo una capacidad fundamental para la Armada en el contexto del Mediterráneo.
El S-80 será el primero de la Armada Española con disponibilidad para atacar objetivos terrestres ya que irá provisto con misiles 'UGM-84' antibuque y con cierta capacidad de ataque a tierra. Estos misiles son fabricados por la estadounidense Boeing. Asimismo, Navantia y la también estadounidense Lockheed Martin trabajan en la integración de todos sus sensores y sistemas de armas. Por último, los torpedos elegidos son los alemanes 'DM2 A4' de la empresa Atlas Elektronik.