Política

Pedro Sánchez busca a quién copiar: entre Obama, Kennedy y Trudeau

Lejos de recordar al portugués Costa, algunos gestos de Sánchez parecen situarse en la línea de otros políticos como Kennedy, Obama, Macron o, incluso, el canadiense Trudeau, con quien ya le comparan algunos de los medios más influyentes

  • Fotomontaje de Pedro Sánchez y JustinTrudeau

Cuando Pedro Sánchez aterrizó en el Palacio de la Moncloa hace apenas un mes el clima de estupefacción recordaba al experimentado por la política portuguesa cuando António Costa comenzó a buscar alianzas con los partidos de la izquierda lusa para formar una alternativa de Gobierno a la coalición conservadora liderada por el socialdemócrata Pedro Passos Coelho. Si allí se habló de aquel pacto de legislatura insólito como la geringonça (artilugio), aquí se bautizó como gobierno Frankenstein.

Sin embargo, algunos gestos de Sánchez, lejos de recordar a Costa, parecen situarse en la línea de otros políticos como Kennedy, Obama, Macron o, incluso, el canadiense Trudeau. De hecho, 'The Politico', uno de los medios más influyentes en EEUU y Europa -una encuesta de Burston Marsteller en 2017 lo sitúa por delante de 'Financial Times' y 'The Economist'-, ya ha señalado que el nuevo presidente del Gobierno español está copiando el manual del primer ministro de Canadá.

Sánchez y Trudeau intentan hacer del consejo de ministros un reflejo más fidedigno de la sociedad a la que representan. En Canadá también se apostó por las minorías étnicas

El reportaje asegura que si "alguien quiere descubrir al nuevo presidente español solo tiene que mirar a Trudeau y sus acciones en Canadá". Y apunta entre las "notables similitudes", que ambos comparten edad, 46 años; buen aspecto; liderazgo en los partidos más antiguos de su país y haber llegado al poder de forma inesperada. Pero además sostiene que "comparten una visión política". 'Vozpópuli' habla con el politólogo Javier Martínez Cantó, que trabaja en la Universidad de Bamberg, en Alemania, sobre las semejanzas entre ambos líderes políticos.

"Más allá del promoting women, diría que ambos han intentado hacer del consejo de ministros un reflejo más fidedigno de la sociedad a la que representan", considera. En Canadá, explica, además del tema de género, fue muy comentada la inclusión de ministros procedentes de minorías étnicas, como el actual ministro de defensa. "Esto no es un tema hoy en día en España, pero las visiones se complementan. Por otro lado, ambos han apostado por personas sin o con muy poca experiencia política anterior pero reconocida profesionalidad en sus campos, como Grande Marlaska, Nadia Calviño o la ministra canadiense de exteriores Chrystia Freeland", determina.

De acuerdo a Martínez Cantó, los dos llegan después "de presidentes conservadores, centrados en la economía y con poco interés por los asuntos sociales", lo cual, opina, ayuda a generar un mayor contraste. "Ambos han dado una giro de 180º al estilo de comunicación de sus predecesores y han llegado a la cima en muy poco tiempo. Desde muy jóvenes ambos han estado ligados a sus respectivos partidos, no obstante, han ocupado cargos públicos durante un relativamente poco tiempo (en términos comparados) antes de ser elegidos primeros ministros", recuerda.

Fuera de "lo normal"

Mientras que Trudeau fue elegido miembro del parlamento canadiense en 2008, líder de su partidos en 2013 y primer ministro en 2015, Sánchez fue diputado entre 2009 y 2011 y entre 2013 y 2016. En 2014 fue elegido secretario general del PSOE y en 2018, tras la moción de censura, presidente del gobierno. "Los dos casos se salen de la normalidad, cuando se estudian comparativamente las carreras políticas de los primeros ministros de diferentes países", señala. A modo de anécdota, cabe destacar que los dos cuentan con un astronauta entre sus ministros, ya que el canadiense nombró a Mark Garneau como ministro de Transporte.

Consciente de que ha accedido al gobierno sin una mayoría parlamentaria cohesionada, Sánchez apuesta por centrar la mayor de sus iniciativas en el campo social"

De acuerdo al politólogo, Sánchez es consciente de que ha accedido al gobierno sin una mayoría parlamentaria clara y poco cohesionada. Ante esto, asegura, es difícil construir una mayoría alternativa en cuestiones económicas, salvo en temas muy concretos. "Ya ha renunciado a remodelar la financiación autonómica y parece poco probable que presente su propia propuesta de reforma laboral. Por no mencionar que empieza con unos presupuestos recién aprobados y que se ha comprometido a desarrollar con el PNV, con lo que una gran giro económico solo podría venir a través de los presupuestos de 2019", explica.

Así las cosas, el investigador de la Universidad de Bamberg cree que el gobierno apuesta por centrar la mayor de sus iniciativas en el campo social, donde le es más fácil conseguir mayorías, pues en algunos temas les apoyará hasta Ciudadanos. "El nuevo gobierno está más cerca de la mayoría de los españoles en temas sociales que el anterior. La ley de la eutanasia, la reforma de RTVE o la exhumación de Franco son gestos de poco coste económico y gran simbolismo social. De esta forma, el Gobierno pretende cultivar su electorado en un tiempo récord de cara a las elecciones autonómicas, municipales y europeas del año que viene, y a las generales de 2020", detalla.

Trudeau y 'el primer Rivera'

Pero Sánchez no es el único político español que se ha llegado a comparar con Trudeau. Rivera ha sido otro caso. "El primer ministro de Canadá y el líder de Ciudadanos comparten algunos rasgos como liderar partidos que se autoproclaman liberales o el hecho de provenir de regiones con una importante minoría que quiere independizarse", apunta. No obstante, opina, es muy probable que Trudeau se encuentre a la izquierda de un Albert Rivera en el gobierno.

"El mandatario canadiense ha apostado claramente por una agenda socio-liberal, o liberal de izquierdas, donde la promoción de las minorías -como las mujeres, inmigrantes, comunidad LGTB o indígenas americanos- o la defensa de un mundo multipolar son prioridad. Pese a que en algunas posiciones, Ciudadanos no se encuentra demasiado lejos de las ideas de Trudeau, este tema es mucho más secundario para los naranjas en comparación en el conflicto catalán o la reforma laboral", compara.

Según Martínez Cantó, puede que la comparación fuera más acertada con el primer Rivera, antes de crecer por la derecha mediante antiguos votantes del PP. Desde entonces, afirma, Ciudadanos es mucho más timorato en cuestiones sociales por miedo a perder parte de su inflado flanco derecho. Por ejemplo, el partido dudó si sumarse o no a las movilizaciones feministas, pero dudo que hubiese pasado lo mismo hace un año, cuando la proporción de votantes de centro-izquierda y centro-derecha dentro del partido estaba mucho más equilibrada", insinúa.

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