Política

Pedro Sánchez se juega este domingo ser el presidente más breve de la democracia

Leopoldo Calvo-Sotelo fue jefe de gobierno año y diez meses, entre febrero de 1981 y diciembre de 1982; "ganar es gobernar", advierte el candidato socialista en su última entrevista de campaña

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

"Ganar es gobernar", admite el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se juega en las urnas ser el presidente del Gobierno más breve de la democracia española después de Leopoldo Calvo-Sotelo. Éste permaneció tan solo año y diez meses, entre el 24 de febrero de 1981 -al día siguiente del golpe de Estado- y el 2 diciembre de 1982, día en que tomó posesión Felipe González tras arrollar en las elecciones generales con 202 diputados.

Calvo Sotelo fue en realidad un presidente interino y lo sabía; elegido de entre las filas de UCD simplemente para certificar la muerte a manos del PSOE del partido que había dirigido durante los primeros cinco años de democracia el dimitido Adolfo Suárez, la organización se le descomponía por momentos y trató de gobernar lo que quedaba de aquella legislatura tan convulsa en la historia de España.

Pero el inesperado golpe militar enalteció su papel para la posteridad ya que, finalmente, le tocó administrar el juicio por el 23-F y la condena a los militares implicados en la asonada, el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero; y los generales Alfonso Armada y Milans del Bosch, entre otros. Su entrega del poder a González, de civil a civil, supuso la consolidación de la democracia. Después vendrían casi catorce años de hegemonía absoluta del PSOE, hasta marzo de 1996.  

Este domingo también se vota a favor o en contra de la moción de censura de hace un año y del 'gobierno Frankenstein'; si Sánchez sale de La Moncloa, el PSOE lo interiorizará como "un error"

Por eso para el PSOE es tan importante que Pedro Sánchez siga teniendo opciones de gobierno pasado mañana, que no sume el tripartito de PP, Ciudadanos y Vox. Porque, como confiesan a Vozpópuli veteranos socialistas y no pocos dirigentes actuales, el desalojo del inquilino de La Moncloa después de menos de un año de mandato sería, en el fondo, una "anomalía".

Supondría certificar que la moción de censura presentada hace once meses contra Mariano Rajoy a raíz de la condena judicial por 'caso Gürtel', y ganada con el concurso de Podemos, Compromís, ERC, el PDeCAT, PNV y EH-Bildu, fue "un error" porque, como vienen señalando los críticos con Sánchez "no puedes gobernar España con quienes han querido romper España", en alusión al apoyo necesario del independentismo catalán a aquella moción.  

De hecho, muchos así lo han seguido pensando -que el partido nunca se debió ceder a la tentación de un 'gobierno Frankenstein', como lo denominó Alfredo Pérez Rubalcaba- incluso cuando las encuestas sonreían a Sánchez, allá por julio de 2018. Si callan es para no perjudicar las expectativas electorales del PSOE y no echar más leña al fuego de la incertidumbre que hay a esta hora en los cuarteles socialistas viendo los tracking de intención de voto de la recta final de campaña tras los debates.

Lo cierto es que los datos en estas últimas horas bailan con un denominador común: que nadie sabe hasta donde va a llegar la marea Vox, aunque en el resto de partidos -también en La Moncloa- se sospecha que muy alto por la enorme movilización que están demostrando los de Santiago Abascal desde la precampaña y, muy particularmente, en los últimos siete días.

Esto es lo que más preocupa en Ferraz, ya que se cree que podría restar diputados a su socio preferente, Podemos, pese a la remontada que está protagonizando Pablo Iglesias tras los debates televisados. Si el PSOE baja hasta los 110 diputados que le pronostican varios tracking de última hora, las posibilidades de que sume el tripartito aumentan; y aunque no fuera así, la alternativa sería una especie de bloqueo como el vivido en España entre las elecciones de diciembre de 2015 y noviembre de 2016, cuando fue investido Rajoy con la abstención de los socialistas. 

Voten "claro" 

Por eso, este viernes, en la rueda de prensa del último Consejo de Ministros ordinario antes de entrar "en funciones" tras los comicios, la ministra Portavoz, Isabel Celaá, pedía a los españoles que el domingo voten un gobierno "claro" y evitarán así otro bloqueo.   

"La ciudadanía tiene elementos de juicio suficiente para decidir su futuro y el tipo de sociedad y el tipo de país que quiere", recalcó. Y una decisión clara "es la que vemos todos con claridad. Que no haya que repetir elecciones. No hay confusión, no hay lugar a la duda";  el país "necesita moderación, sentido común, estabilidad"... Blanco y en botella.

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