El reelegido secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, inició su nuevo mandato al frente del partido renovando su apuesta por unir a las "fuerzas del cambio", como se refirió durante todo 2016 a Podemos y Ciudadanos, con el objetivo de ahormar una "mayoría alternativa" al PP en el Congreso. Y, a tenor del resultado de la primera ronda de contactos con los dirigentes políticos la pasada semana, no ha conseguido su objetivo: no habrá mesa a tres.
Sin embargo, los socialistas están satisfechos del resultado de las conversaciones con los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, Ciudadanos, Albert Rivera, e Izquierda Unida, Alberto Garzón. En primer lugar, porque de todas se salió con acuerdos para impulsar políticas que el PSOE tiene en el foco y, en segundo, porque se han vislumbrado algunos puntos en común. "Nuestra agenda está saliendo", aseguró el secretario de Organización, José Luis Ábalos, el encargado de hacer la valoración de los encuentros protagonizados por Pedro Sánchez.
Pero si el éxito se mide por los asuntos en los que Sánchez ha logrado sumar a Unidos Podemos y Ciudadanos, el veredicto no es muy positivo: de todos los temas puestos encima de la mesa sólo la reforma de la Ley Electoral y algunas medidas de regeneración democrática, como la limitación de mandatos y la eliminación de aforamientos, concitan el apoyo de partida de los tres grupos.
Y el ambicioso objetivo del secretario general era sumar fuerzas para tumbar las políticas del PP. Con un lenguaje un tanto ambiguo, ya que reitera que su prioridad es acabar cuanto antes con el Gobierno de Mariano Rajoy mientras da largas a la moción de censura que quiere Podemos, Sánchez insiste en que, si los nuevos partidos se unen, dan los números para echar abajo medidas de este Gobierno.
Pero el problema es que el área de intersección entre estos tres partidos es muy limitado y así ha quedado claro en esta semana de reuniones. Para empezar, y poder avanzar, en su reunión, Sánchez y Rivera dejaron de lado los asuntos económicos, porque es el capítulo donde tienen más diferencias. Y esta agenda, en cambio, ocupa gran parte del espacio de entendimiento entre Podemos y el PSOE.
Los socialistas han constatado que no pueden contar con el partido naranja en este capítulo. Además, el líder de Ciudadanos ya ha avisado a Pedro Sánchez de que no quiero oír hablar de "cordones sanitarios" al PP, con quien tiene un acuerdo de investidura al que le siguen viendo ventajas. De esta manera rechazó Rivera, una vez más, cualquier posibilidad de mesa a tres con Podemos: esa mesa, dijo, cojea porque le falta una cuarta pata, que es la del partido de Mariano Rajoy.
Pero, pese a este portazo a abrir un espacio de coordinación común, el PSOE prefirió hablar de avance. "Si son comisiones bilaterales, pues comisiones bilaterales", respondió Ábalos, que hizo hincapié en que hay un cambio y el veto de Ciudadanos con Podemos "no es universal". "Eso es una buena noticia", dijo.
El PSOE tendrá que conformarse con negociaciones bilaterales con Podemos y Ciudadanos, lo que sería el trabajo parlamentario habitual en un Parlamento tan fragmentado
De esta manera, sin el gran frente contra el PP que ya fracasó después de las elecciones del 20 de diciembre y del 26 de junio, el PSOE tendrá que conformarse con negociaciones bilaterales con Unidos Podemos, por un lado, y con Ciudadanos, por otro, para sacar adelante sus iniciativas, en lo que sería el trabajo parlamentario habitual en un Parlamento tan fragmentado como el actual.
Y en esta tarea, el horizonte con Podemos parece más claro, si se cumple el compromiso de abrir cinco grupos de trabajo, como acordaron Sánchez e Iglesias. En concreto, quieren negociar iniciativas sobre relaciones laborales, igualdad, pensiones, rescate a jóvenes y desbloqueo de iniciativas y resoluciones aprobadas por las Cortes e "ignoradas" por el Gobierno.
Con Rivera, no hubo ningún esquema parecido, aunque sí un compromiso que generó muchas expectativas al inicio pero que después fue rebajado por el PSOE: la reforma de la Constitución. Tras la reunión, el líder de Ciudadanos anunció que se habían emplazado a otoño para iniciar un debate sobre la reforma de la Carta Magna, mediante la designación de juristas y con el objetivo de elaborar algún "borrador" inicial. Después, el 'número tres' del PSOE aseguró que no se había decidido nada "tan concreto".
Eso sí, a priori, el coordinador general de Izquierda Unida se mostró dispuesto a entrar en la discusión jurídica, aunque las reformas de la Constitución que pueden plantear su formación y la de Rivera pueden partir de posiciones muy distantes.
Próxima cita: encuentro con el Rey
Tras la ronda de esta semana, Sánchez acudirá el próximo martes al Palacio de la Zarzuela para ser recibido por el Rey, un encuentro protocolario después de haber sido proclamado de nuevo secretario general del PSOE, y que no se ha producido todavía con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que sigue sin llamarle.
Según han informado fuentes de Ferraz, es probable que después de verse con Felipe VI, el líder del PSOE comparezca en su primera rueda de prensa desde su reelección, después de que delegara en su secretario de Organización la valoración de sus últimos encuentros políticos.
Sánchez reconoció que se la había hecho raro volver al Hemiciclo, como líder de la oposición pero sin escaño
Sí respondió a algunas preguntas de los periodistas el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados, después de asistir al acto por el 40 aniversario de las primeras elecciones de la democracia después de la Dictadura. Entonces, reconoció que se la había hecho raro volver al Hemiciclo, como líder de la oposición pero sin escaño.
Esta circunstancia ofreció una particular imagen, la de su soledad en la tribuna de invitados en el Pleno, a la que Sánchez quiso restarle trascendencia. Eso sí, algunos socialistas ese día admitían que se visualizaba la dificultad de hacer frente al Gobierno fuera del Congreso de los Diputados.
Sin esa plataforma, Sánchez y su equipo tendrán que analizar el espacio que quieren ocupar. Tampoco fue del gusto de muchos la imagen del secretario general del partido asistiendo a la rueda de prensa de Pablo Iglesias desde un plató de La Sexta, a donde acudió tras verse con el líder de Podemos, sentado junto a periodistas y el excoordinador de Izquierda Unida Gaspar Llamazares, "como un tertuliano".