A un día de que termine el proceso para la elección del nuevo líder del PSOE, y aunque las cuentas bancarias siguen abiertas hasta este sábado, es buen momento para hacer balance de lo recaudado por cada uno de los tres candidatos que este domingo se juegan asumir los mandos de Ferraz. Y el recuento deja como vencedor a quien intenta repetir en este cargo: Pedro Sánchez ha conseguido cerca de 200.000 euros.
En concreto, según los datos aportados a Vozpópuli por su equipo, la cuenta bancaria del ex secretario general en Ferraz ha ingresado algo más de 92.000 euros, a los que hay que sumar los 100.400 que reunió con su sistema de ‘crowdfunding’ y que cerró tras una bronca con Ferraz en la que terció incluso el presidente del Tribunal de Cuentas.
Mientras tanto, la presidenta de la Junta de Andalucía ha conseguido en torno a 130.000 euros, todos canalizados en la cuenta de Ferraz desde el 15 de marzo, y Patxi López ha sido el menos apoyado económicamente, ya que sólo ha conseguido 22.000 euros (10.000 en su página web y 12.000 después en la cuenta oficial). Desde el equipo del diputado vasco admiten sin paños calientes que su campaña de captación de fondos “no ha ido muy bien” y no ha tenido “tirón”, aunque defienden que no tienen que extraerse más lecturas.
Además, aseguran que con lo que han recibido, más los 50.000 euros que puso a disposición de cada uno de los candidatos la dirección del PSOE, han tenido suficiente para pagar una campaña “austera”, en la que han recurrido en muchos de sus actos a las agrupaciones del partido. El dinero del partido les ha servido, explican, para retransmitir estos mítines por satélite y facilitar su seguimiento a los medios de comunicación.
Díaz y López utilizan los 50.000 euros de Ferraz; Sánchez, no
También ha hecho uso de esta financiación oficial la presidenta de la Junta de Andalucía, pero sin embargo no la ha tocado Pedro Sánchez, según sus respectivos equipos. Si se tiene en cuenta esta inyección, el dinero del que han dispuesto ambos para la campaña ha sido muy similar, ya que esos 50.000 euros que se les ofrecieron cuando fueron designados formalmente candidatos salvan la distancia de lo recaudado entre ambos.
Patxi López fue el primero en abrir una cuenta en su página web, el 24 de febrero, para canalizar las aportaciones a su campaña y días después, el 3 de marzo, hizo lo propio Pedro Sánchez, a través de un sistema de microdonaciones gestionadas por la asociación ‘Bancal de Rosas’ que en sólo 12 horas reunió más de 30.000 euros.
Si se tienen en cuenta los 50.000 euros aportados por Ferraz -que Pedro Sánchez no ha tocado-, el dinero del que han dispuesto él y Díaz para la campaña ha sido muy similar
El ‘crowdfunding’ de Sánchez no paró de aumentar sus arcas, mientras crecían también las dudas de la Gestora sobre su legalidad. La dirección provisional defendía que el partido debía supervisar esta recogida de dinero, porque después se le podría pedir cuentas al PSOE si alguna donación contravenía la legislación sobre financiación de partidos. Mientras, los ‘pedristas’ sostenían que, al no estar convocadas las primarias, no era necesario pasar por Ferraz e insistían en que su sistema era el más transparente de los posibles.
Al final la Gestora se plantó y pidió formalmente a los candidatos que cerraran esos sistemas de financiación y utilizaran una cuenta abierta por el partido y con titularidad compartida. Patxi López aceptó de inmediato pero Pedro Sánchez inició una pelea dialéctica e incluso jurídica con Ferraz que se saldó sin ganadores ni perdedores. Eso sí, el informe del presidente del Tribunal de Cuentas dio la razón a la Gestora.
Pedro Sánchez terminó cerrando el ‘crowdfunding’ y acogiéndose a la cuenta oficial, pero sólo cuando se convocaron formalmente las primarias, el 3 de abril. Y se negó a entregar los datos de sus donantes, aunque asegura que se los hará llegar al Tribunal de Cuentas, como anexo a la contabilidad del partido, pero, eso sí, cuando haya pasado todo este proceso. Aunque el ruido en torno a este asunto bajó muchos decibelios una vez arrancó la campaña, unos y otros se miran de reojo y, en cuanto se habla de dinero, ven máculas en los ojos ajenos.