Luis Planas seguirá como ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, según fuentes socialistas consultadas por Vozpópuli, después de que su nombre sonase con fuerza en las últimas semanas como posible titular de la cartera de Asuntos Exteriores, departamento que estará en manos de José Manuel Albares o Cristina Gallach.
Sánchez valora de Planas su dilatada experiencia europea en un momento crítico para el futuro de la Política Agraria Común (PAC) ya que en los próximos meses se tienen que negociar y cerrar los presupuestos de la UE para el período 2021-2027. Las ayudas comunitarias suponen en la actualidad el 30% de la renta de los agricultores españoles.
El ministro de Agricultura fue embajador ante la UE en el segundo Gobierno de Zapatero, eurodiputado y 'mano derecha' de Manuel Marín cuando era vicepresidente de la Comisión Europea. Con la llegada de Mariano Rajoy al poder, regresó a Bruselas al conseguir el puesto de secretario general del Comité Económico y Social Europeo gracias a su plaza de funcionario comunitario. En La Moncloa, además, valoran de forma muy positiva el último acuerdo de cuotas pesqueras negociado en Bruselas.
La Comisión Europea propone una importante reducción de los fondos para la PAC, así que España parte en desventaja en las negociaciones. Las principales asociaciones agrarias de España consideran que, sumado a la delicada situación que vive la agricultura española, podría suponer "un golpe definitivo" para el campo.
Planas llegó al Ministerio con la doble experiencia como consejero de Agricultura y Pesca en la Junta de Andalucía, primero de 1993-1994 con el Gobierno de Manuel Chaves y luego en el Ejecutivo de José Antonio Griñán entre 2012 y 2013. Si bien nació en Valencia en 1952, ha desarrollado toda su carrera política en Andalucía, sobre todo, en Córdoba por lo que se le considera un ministro por la cuota andaluza.
La 'batalla' por Exteriores
Junto a Planas, se ha caído de las quinielas para Exteriores la secretaria de Estado para la España Global, Irene Lozano, y ya sólo quedan los nombres de Albares o Gallach. El primero es el diplomático de cabecera de Sánchez y dirige el área internacional en La Moncloa desde el triunfo de la moción de censura.
Persona de la máxima confianza del presidente del Gobierno, del que es amigo desde que se conocieron en las juventudes socialistas madrileñas, el nombramiento de Albares conllevaría una mayor coordinación de la política exterior entre Moncloa y Exteriores.
Gallach y Albares estuvieron sentados el pasado martes en el palco de invitados del Congreso durante la investidura de Sánchez en una curiosa "lucha entre ministrables"
Por su parte, Gallach se ha quedado sin competencias como alta comisionada de la Agenda 2030, en la que también se coordinaba la acción internacional del Gobierno en la lucha contra el cambio climático. Mientras que la primera área ha caído en manos del vicepresidente Pablo Iglesias y la nueva secretaria de Estado de Derechos Sociales, Ione Belarra; la segunda dependerá de Teresa Ribera desde su Vicepresidencia para la Transición Ecológica.
Gallach es militante del PSC aunque nunca ha participado activamente en política. A día de hoy, es la única española -también entre hombres- que ha sido alto cargo en la UE, la OTAN y la ONU. En los dos primeros organismos internacionales junto a Javier Solana, mientras que en Naciones Unidas llevó el área de comunicación durante la etapa de Ban Ki-moon.
Curiosamente, Gallach y Albares estuvieron sentados el pasado martes en el palco de invitados del Congreso de los Diputados durante la segunda votación de investidura de Pedro Sánchez, una "lucha entre ministrables" que no pasó desapercibida para algunos de los presentes. La última palabra la tendrá el presidente del Gobierno.