Política

Podemos recibe un millón de euros menos en ayudas que en la campaña de 2015

Hace cuatro años, la formación morada alcanzó 2,8 millones de euros en microcréditos. Este año ha levantado 1,7 millones sin alcanzar los dos esperados

  • PAblo Iglesias en un mitin.

La recaudación de "microcréditos ciudadanos" tiene este año para Podemos un sabor agridulce. El partido de Pablo Iglesias, que presume de no recibir dinero en préstamo de los bancos, fijó una cota ambiciosa de dos millones de euros en ayudas de los votantes que debían servir para difundir su propaganda en las generales. A pocas horas del voto, sin embargo, ha llegado a 1,7 millones, es decir, un millón de euros menos que en las elecciones de diciembre de 2015 cuando sus simpatizantes entregaron al partido 2,8 millones.

Fuentes de Podemos señalan que el dinero recaudado es más que en las elecciones de junio de 2016. Entonces, las aportaciones fueron de casi 1,3 millones. Una tesis cierta, pero hay que añadir que aquellos comicios eran la repetición de unas generales celebradas tan solo seis meses antes. Ahora la distancia temporal es de tres años y medio y la caída en ayudas de los afines ha bajado un 39%.

Préstamos de hasta 5.000 euros

Podemos alardea de no financiarse con los bancos. A las entidades financieras quiere incluso vetar que ofrezcan préstamos a los partidos. Para engrasar su maquinaria electoral Iglesias lo fía todo al dinero de los afines y a los fondos ahorrados a lo largo de la legislatura. 

El sistema de financiación está basado en préstamos de entre 50 y 5.000 euros. Ese dinero se almacena a través de la banca ética Fiare (que cuenta entre sus socios con ayuntamientos gobernados por Bildu y ha recibido por parte del gobierno de Manuela Carmena una subvención sin concurso de 100.000 euros) se devuelve a lo largo de la legislatura gracias a las ayudas públicas a los partidos. Si bien algunos consideran que así los grandes grupos de interés pueden entregar dinero al partido de manera escondida, en la formación morada aseguran que este es el método más transparente para financiar una campaña electoral.

Este año, el grueso de los fondos llegó cuando el secretario general acusó a los medios de haber difundido “falsedades” sobre la supuesta financiación venezolana por el caso de las escuchas de Villarejo. En pocas semanas superó el millón de euros. Una cota considerable puesto que aún la campaña electoral no había comenzado. 

Pero el sprint inicial ha resistido a medias. Prueba de ello es que para las elecciones en la Comunitat Valenciana del 26 de abril el partido morado ha levantado solo 100.000 euros, y para las europeas tan solo 28.000, según datos oficiales del partido.

“Todavía queda tiempo para recaudar más para las autonómicas y europeas”, consideran los de Iglesias. Lo que no dicen es que parte de los fondos ahorrados y obtenidos para las generales se reinvertirá en publicidad para los comicios autonómicos, donde solo en Madrid se dará la batalla clave contra Íñigo Errejón.

Más "comunidad" que personalismo

De hecho, Podemos ha evitado gastar en en exceso en la propaganda “tradicional”. Ha pagado pocos anuncios en prensa, algo más en televisión (sobre todo en Cataluña) y el grueso del dinero lo ha destinado a la propaganda online. Concretamente al marketing segmentado: un sistema que permite dirigir propuestas ad hoc en función de los intereses y gustos de los usuarios. También Barack Obama y los favorables al Brexit desarrollaron una campaña semejante.

La tónica general ha sido, por otro lado, desligar la imagen del candidato de la propuesta electoral. “La historia la escribes tú” ha sido el lema de Podemos este año. Se trata de una fórmula pensada para crear un vínculo “de comunidad” y no personalista con el candidato, prueba de que Iglesias teme que un batacazo electoral acabe cuestionando su liderazgo.

Los candidatos a presidir el Gobierno de España tras las elecciones generales, Pablo Iglesias (Unidas Podemos) (i); Pablo Casado (PP) (2i); Albert Rivera (Cs) (2d) y Pedro Sánchez (PSOE) antes del inicio del segundo debate electoral a cuatro de los candidatos a presidir el Gobierno de España tras las elecciones generales.

Ante la escasez de fondos y la necesidad de equilibrar el gasto, Iglesias lo ha fiado todo a la televisión. Y a la luz de cómo han ido los debates en la formación morada aseguran que ha sido una estrategia “acertada”. El nuevo perfil moderado de Iglesias y el papel poco convincente de Pedro Sánchez hacen que Podemos confíe en el “voto útil” para frenar un Ejecutivo rojo-naranja. Aunque reina la cautela: “No nos fiamos de Sánchez”.

Desmovilización

De la entrada en el próximo gobierno depende la capacidad o no de Iglesias de aguantar al mando del partido. Y de ahí apuntalar el relevo de Irene Montero. En ambos casos, mantienen varias voces en Podemos, después del 28 de abril se abrirá un debate, para el que algunos dicen que Iglesias ya está preparado: “Su argumento será decir que él lo hizo bien en los debates, y que si no estrellamos ha sido por culpa de los demás”, afirman algunos miembros del partido.

La movilización, sin embargo, no ha sido elevada. El partido ha tenido incluso problemas para pegar carteles. El sector errejonista no se ha involucrado y ahora Podemos trabaja para tener cuantos más apoderados posibles en los colegios: un asunto esencial para muchos cuadros de la formación. El futuro de Iglesias pende de un hilo.  

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