Política

Podemos e Izquierda Unida se activan en Madrid para recomponer una alianza que supere a Yolanda Diaz

La vicepresidenta segunda se desentiende del futuro del espacio político que representa, así como del partido que creó para su coalición electoral: "No me compete"

  • Yolanda Díaz (c). -

Podemos e Izquierda Unida (IU) se han activado en Madrid para recomponer una alianza que supere a Yolanda Diaz y su proyecto político. Según explican las fuentes consultadas, entre IU y Podemos se están produciendo "extraoficialmente" contactos para empezar articular, poco a poco, un espacio que permita a la izquierda española volver a tener la fuerza que tuvo en su día con Pablo Iglesias. Los cargos intermedios y los pequeños ayuntamientos están siendo la avanzadilla.

La idea no es tanto repetir el proyecto de Unidas Podemos, sino aprovechar la fortaleza de ambas organizaciones para revertir el colapso electoral que ha sufrido Sumar y que ha terminado provocando la dimisión de Yolanda Díaz como coordinadora general. La vicepresidenta segunda no hace más que desentenderse del futuro del espacio político que todavía representa en el Gobierno, así como del partido que creó para su coalición: "No me compete [cómo articular todo ese espacio para que sea eficiente electoralmente]", dijo en una entrevista el El País.

Aunque la también ministra de Trabajo sigue lanzando bombas de profundidad a los morados, a quienes sigue queriendo muy lejos de ella misma y de Sumar. "Estoy absolutamente segura de que las formaciones que representan al espacio progresista van a estar a la altura. Pero no va solo de caminar juntas. Es que podemos ir juntas y si no generamos esperanza… el miedo no moviliza". Todo un golpe a la forma de hacer política de los morados que tanto la ha irritado y que tan bien ejemplificaban Pablo Iglesias e Irene Montero.

La vicepresidenta segunda ha perdido todo el peso que llegó a tener así como toda la fuerza que tuvo. La integrante de Sumar ha pasado en menos de tres años de arrastrar todas las miradas a pasear sola en el Congreso. Ella elude hacer autocrítica. Pero el fracaso de las elecciones europeas terminó haciendo saltar por los aires. Y ahora nadie en Moncloa la tiene en consideración.

La situación interna de Sumar es, por tanto, una bomba de relojería que amenaza con reventar la dinámica de entendimiento. Porque a Yolanda Díaz se la ha criticado su personalismo y su insensibilidad con las identidades territoriales de los partidos que integran la coalición Movimiento Sumar, que no quieren ceder su trozo de la tarta. Además, el eterno debate formal vuelve a ponerse encima de la mesa: un amplio sector de la izquierda lamenta que tanto Errejón como Díaz se hayan esforzado en ser una suerte de marca blanca del PSOE, aceptable para la élite.

En cualquier caso, Yolanda Díaz no ha sido capaz de unir a los partidos de Sumar y, además, los ha devuelto a los umbrales de voto que en su día tenía Izquierda Unida, una de las fuerzas más beligerantes con el devenir del partido de la vicepresidenta segunda, quien llamó a abrir un debate en su espacio para configurar un nuevo liderazgo.

Mientras, Podemos, que tampoco cree en Sumar, debate. Dentro hay quien cree que el partido morado tiene que entrar de nuevo en el guiso de la izquierda a la izquierda del PSOE. "Podemos tiene la obligación de reconstruir el espacio", zanjan fuentes del partido en conversación con este diario. Lo cierto es que la organización que lidera Ione Belarra condiciona su entrada en el frente de partidos de Sumar a que caigan Yolanda Díaz e Íñigo Errejón. Todo dependerá de la correlación de fuerzas.

Sumar eligió el pasado 23 de marzo, en su asamblea constituyente, al grueso de los miembros del grupo de coordinación —el máximo órgano de dirección—. Y este se dio un mes de plazo para que los partidos designaran a sus representantes: con varios asientos cada uno en ese órgano dependiendo de su peso y un máximo de dos en la ejecutiva. Además de IU, Más Madrid, Catalunya en Comú, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Contigo Navarra participaron en el congreso. Pero todo eso queda lejos ya.

Las formaciones que hasta ahora apoyaban a Yolanda Díaz sin fisuras, como Más Madrid o la propia IU avisaron contundentemente a la vicepresidenta segunda de que Sumar como partido hegemónico en la izquierda era una idea superada. De manera que la intención de la ministra de Trabajo de que todas las organizaciones se doblegaran ante su proyecto había fracasado por completo.

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