Como la Convención nacional que está celebrando en Sevilla, el PP está haciendo con Cristina Cifuentes lo mismo que los aficionados del Betis con su equipo: están con ella manque pierda. Porque, aun cuando se cuentan con los dedos de una mano -y sobran- los populares que todavía creen que la presidenta de la Comunidad de Madrid cursó en 2011 un master sobre derecho autonómico en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), la baronesa conserva en su poder un papel oficial que dice que lo cursó... No se hable mas.
A ese clavo ardiendo se están agarrando sus homólogos de otras autonomías y la propia Dirección Nacional popular con el fin de ganar tiempo sin pedirle la dimisión; y este sábado, ella, con renovado impulso -"me vengo arriba", ha llegado a decir emocionada con el plenario en pié-, lo ha usado para responder desde la capital hispalense al envite de Ciudadanos: "o aceptas en 48 horas la comisión de investigación o dimites".
No hizo falta tanto plazo. A la hora y media el número dos del PP madrileño y consejero de Presidencia, Ángel Garrido, ya estaba respondiendo: siempre y cuando se ajuste al reglamento de la Asamblea... Ahí está el truco, porque el reglamento no permite investigar a Cifuentes por asuntos anteriores a su mandato, sostiene Garrido.
El PP cree haber parado el golpe y, repita o no Cifuentes como candidata en 2019, no está dispuesto a entregar en bandeja su 'cabeza' política a los de Albert Rivera
Dicho de otro modo: investigación sí, pero no de la víctima de un supuesto error administrativo, sino del proceder del rector de la URJC, Javier Ramos, del catedratico supuesto director del Trabajo de Fin de Master (TFM) de la presidenta, Álvarez Conde, y de las firmas falsificadas que han denunciado dos de las tres profesoras que compusieron el presunto tribunal evaluador.
La propia afectada, antes de que hablara Garrido con los periodistas, ha insistido en que cualquier irregularidad administrativa la tiene que aclarar la propia URJC, no ella, que siente "total y absoluta confianza" en la Justicia. De momento, la Fiscalía tendrá que investigar la petición que ha hecho el rector de investigar supuestos delitos.
La estrategia está clara: a medio o largo plazo, el PP puede tener el reto de sustituir a la presidenta madrileña por otro candidato -se habla aquí en los pasillos del cónclave que reúne a 1.500 populares- pero, de momento, quien tiene un problema legal es la URJC, no Cifuentes, y el problema político lo tiene Ciudadanos con su indecisión.
Lo que no va a hacer Génova, o eso parece a esta hora, es entregar la cabeza de Cifuentes a Albert Rivera en bandeja de plata; lo ha hecho con la senadora Pilar Barreiro para sacar adelante los presupuestos generales del Estado 2018, pero esto esto es diferente porque Ciudadanos no tiene alternativa a apoyar al PP, so pena de aparecer alineado con Podemos ante un electorado, el madrileño, que vota de manera muy idoelógica
Cifuentes se vino 'arriba' en la convención popular, que la aplaudió durante un minuto puesta en pie: "Me avergüenzo de aquellos que han hecho cosas que no debían", dijo sobre Granados e Ignacio González"
El propio consejero de Presidencia insistía en esa presión al emplazar al portavoz naranja en la Asamblea, Ignacio Aguado, a definirse si están en esa comisión con el PP, o con PSOE y Podemos, que están planteando la alternativa del socialista Ángel Gabilondo a través de una moción de censura: "No nos han llamado y tampoco nos han dicho si ya la han presentado (la comisión de investigación) conjuntamente con el resto de grupos de la oposición o si lo que quieren es plantearla de forma conjunta con el PP".
Tras esas palabras, ambos se fueron al plenario a la intervención de Cifuentes en el escenario con otros barones y se produjo ese apoyo "a los nuestros" al que instó el viernes la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Allí fue presentada por el portavoz del Grupo Popular en el Senado, José Manuel Barreiro, como un "mujer valiente" que ha superado "situaciones difíciles" en la vida y en la política y que también "acabará superando" las presentes.
Y Cuando la presidenta madrileña intentaba empezar a hablar, muchos del millar de asistentes que en ese momento estaban en el plenario se levantaron y la aplaudieron durante un minuto.
Vestida de rojo total -pendientes incluidos-, la baronesa madrileña se reivindicó por estos dias "muy duros" que está pasando con las acusaciones sobre el master falso. Y se vino arriba, como ella dijo; no solo no dio un paso atrás por las acusaciones sino que atacó a quienes ella cree que están en la sombra tras esas acusaciones, Ignacio González y Francisco Granados: "Me avergüenzo de aquellos que han hecho cosas que no debían".