Génova no se mueve ni un milímetro tras al estallido del escándalo murciano. Mantiene firme su apoyo a Pedro Antonio Sánchez pese a la ruptura del pacto de Gobierno por parte de Ciudadanos. La cúpula del PP se aferra firme a la postura anunciada por Mariano Rajoy en Málaga, durante la visita del presidente francés: "Habrá que esperar a que se abra juicio oral. Tenemos que ser muy cautos y respetar la presunción de inocencia".
La dirección de los 'populares' observan con tranquilidad la subida de tono en los mensajes de Ciudadanos. "Es normal, buscan su sitio. Ya se les bajarán los humos", comentan en estas fuentes. Albert Rivera ha reaccionado con desagrado a los últimos desplantes del PP. Han sido varios esta semana. Nulo desarrollo de los pactos, negativa a la comisión sobre financiación ilegal y, ahora, el escándalo de Murcia. El líder de Ciudadanos ha hablado de buscar otros apoyos. "Hay mayorías alternativas", dijo, mirando al PSOE. Lo mismo que en Murcia, donde amaga con una moción de censura con los socialistas.
El estigma de votar junto a Podemos
El principal obstáculo para Ciudadanos en que en ambos casos se tendría que contar con Podemos. Cuestión tabú. Rivera ha sido la voz más tronante contra el partido de Pablo Iglesias. Más incluso que el PP. "Si se alian con Podemos y PSOE para derribar a Pedro Antonio Sánchez, al mes siguiente se va a elecciones y ganamos por mayoría absoluta", comentan esta fuentes.
En este enrarecido ambiente, Rajoy ha dado instrucciones de tratar con deferencia a su socio preferente. "Conseguir acuerdos con el PSOE y mantener el pacto con Ciudadanos", son las instrucciones que ha transmitido el presidente del Gobierno a sus colaboradores. "No queremos distanciarnos de Ciudadanos, necesitamos un socio estable. Pero quien nos da los escaños para sacar los grandes asuntos adelante es el PSOE", señalan. Incluso Rajoy podría telefonear a Rivera para calmar los ánimos.
Le toca ahora al partido naranja sacar pecho, levantar la voz, porque. si no, está perdido. "Tienen que hacerse los ofendidos, es normal. No irán más allá", añaden. Rivera no soporta las humillaciones al estilo de las 'lentejas' de Fernando Maíllo. El coordiandor general del PP describió el acuerdo con el partido naranja como algo que había que asumir si se pretendía lograr la investidura de Rajoy. Superado el trance, el PP ha caído en fase de amnesia. Apenas se acuerda de lo que suscribió. Ni en Madrid ni en Murcia.
"Los próximos días van a ser de un bombardeo de amenazas inclementes por parte de Ciudadanos. Quizás alguna se concrete. Algo harán en Murcia. Nosotros, a esperar, a aguantar el tirón y a dejar que a Rivera se le pase el arrebato. No le queda otra", concluye el mencionado interlocutor del PP.