"No aceptamos ultimátums de nadie. Si no se los da a ERC o a Junts para la investidura de Salvador Illa, con menos razón se lo puede dar al PP, que le ha derrotado en las urnas tres veces en un año. Nuestra posición la conoce el Gobierno y la conoce Europa. Su precariedad parlamentaria no es compatible con su chulería, por más que se sienta relajado al sentarse en un plató de RTVE en una sesión de baño y masaje". Así reacciona el principal partido de la oposición al anuncio lanzado este miércoles en la televisión pública por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de renovar con o sin el PP el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) antes de "finales de junio". "Se acabó el día de la marmota", ha zanjado Sánchez tras cinco años de bloqueo, dispuesto a emprender una renovación unilateral sin precedentes.
El líder socialista, que ha preferido anunciar sus planes en una entrevista en TVE en lugar de en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso, ha arremetido contra la Justicia y los medios críticos una vez más. Sánchez ha hablado de un lawfare latente entre los jueces españoles –si bien ha negado que esté operando en el caso de su mujer, Begoña Gómez, investigada por tráfico de influencias y corrupción en los negocios– y de la existencia de "tabloides digitales de derecha y ultraderecha" que pringan todo de "fango".
"La máquina del fango tiene una sede social y es la Comunidad de Madrid", ha señalado el líder del Ejecutivo en un nuevo acelerón en su estrategia. Este miércoles, en el centro de la diana de Moncloa se ha situado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. "No hay una ultraderecha buena [Vox] y una ultraderecha mala [Alvise], lo que hay es una derecha aún peor que mala [PP] que lo que hace es, con su discurso ultraderechista, engordar y multiplicar a la ultraderecha", había dicho antes en el Congreso durante su respuesta a Santiago Abascal, líder de Vox.
"El planteamiento del PSOE de dejar todo como está no es válido. Ningún planteamiento que no pase por rebajar el control de los partidos sobre el CGPJ es aceptable", ahondan en su valoración fuentes de Génova. "Sánchez quiere controlar a los jueces para poder evitar que tomen decisiones que le lleven, después, a tener que insultarles. Nos sentaremos con la persona que designe la Comisión cuando nos diga la Comisión, y nos dirigiremos a ellos a la mayor brevedad", sigue el PP tras los contactos infructuosos entre Esteban González Pons y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, con el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders. "El planteamiento de Sánchez es contrario al método de trabajo fijado entre PP, PSOE y el supervisor designado", censura el PP.