"Cuando Torra habla de un nuevo momento que exigirá grandes sacrificios a los catalanes" está hablando de "un conflicto civil", según declara a este periódico Alejandro Fernández, portavoz parlamentario del PP catalán. Fernández asegura que el 'president' es un "reconocido seguidor de los filonazis Dencàs y los hermanos Badía, y cree que su proyecto de la república sólo es posible a través de un conflicto civil". Según el diputado del PP catalán, "su estrategia de ocupación del espacio público y sus arengas supremacistas lo demuestran".
Torra publicó esta semana un opúsculo en varios medios catalanes en los que arengaba a perseguir y acabar con quienes retirar lazos amarillos de la vía pública, a los que denomina "fascistas" y en torno a los cuales pretende levantar un "cordón sanitario", al igual que hicieron el PSC y los separatistas del Tripartito contra el PP cuando el 'pacto del Tinell. Nada dijo Torra, en ese texto, de quienes hostigan y protagonizan escraches contra un juez del Supremo, quienes hacen pintandas en los alrededores de su casa, quienes persiguen a los dirigentes demócratas, atacan sus sedes, de quienes amenazan y señalan los negocios de familiares de políticos constitucionalistas. Sólo ve "el huevo de la serpiente" en los que rechazan la invasión de calles, plazas, playas y carreteras por parte de los supremacistas.
Advierte Fernández, tras estas últimas apariciones públicas del titular de la Generalitat, que "o asumimos sin autoengaños quién es Torra o el error será irreversible". Una llamada de atención ante la política de diálogo que propugna el gobierno de Pedro Sánchez, quien denominaba "racistra" hace unas semanas al jefe del Ejecutivo catalán, a quien bautizó como "el Le Pen catalán", y ahora se pasea con él, feliz y sonriente, por las fuentes de los jardines de la Moncloa.
Albert Rivera, líder de Ciudadanos, también respondió al artículo de Torra al señalar que "quien apoya a los "comandos separatistas también es un fascista". En su entrevista de este domingo en 'La Vanguardia', Torra reconoce, henchido de orgullo, que sus hijos militan en los Cdr, los grupos activistas del separatismo cuyas acciones se han caracterizado siempre por la violencia, la coacción y hasta las agresiones físicas.
