"No puedo ser más generoso" con Pedro Sánchez, señalaba esta semana Pablo Casado. El líder del PP hacía referencia a las claras y permanentes ofertas de colaboración que ha venido trasladando al presidente del Gobierno en funciones desde hace un año. Cataluña, Navarra, fiscalidad...son los ejes en los que pivotan esos ofrecimientos que hasta ahora tan sólo han recibido la callada por respuesta. O las presiones, porque Sánchez pretende trasladar la responsabilidad de su investidura a los partidos de la oposición, con reclamaciones continuas para que tanto PP como Ciudadanos se abstengan en el momento crucial del voto.
Casado lo ha dejado muy claro desde el principio. No respaldará el trámite parlamentario para que Sánchez permanezca en la Moncloa. En un rasgo de 'generosidad', eso sí, ha señalado que permitirá que los dos diputados de Navarra Suma se abstengan. Un gesto que tenía todo el sentido antes de los apaños del PSOE con los independentistas en esa comunidad. Ahora mismo, ni siquiera esa vía de apoyo a Sánchez está abierta. "Nadie puede pensar en que el PP vaya a abstenerse mientras están pactando con los secesionistas y los filoetarras en Navarra, en Badalona, en Baleares...", comentan fuentes del equipo de Casado.
El firme bloque del 'no es no'
Otra cosa es lo que haga el PP en septiembre, caso de producirse un segundo intento de investidura. Llegado ese momento, quizás Casado haya modificado su actual 'no es no'. Hay sugerencias internas para que el líder de los populares asuma un papel 'constructivo' y colabore para evitar el bloqueo institucional que ya se perfila en el tablero político nacional. El presidente del PP niega la mayor y asegura que no hay debate alguno en su partido sobre la posición a adoptar en la sesión de investidura.
La opinión general es que 'a Sánchez, ni agua', entre otras cosas, porque el presidente en funciones ni siquiera ha amagado con plantear una negociación racional
Desmiente que haya esos pronunciamientos a favor de la abstención. En cualquier caso, las opiniones circulan dentro del PP en todas las direcciones. La opinión general es que 'a Sánchez, ni agua', entre otras cosas, porque el presidente en funciones ni siquiera ha amagado con plantear una negociación racional y constructiva para cosechar los apoyos que reclama.
Salvo que cambien las cosas, Sánchez se presentará ante la Cámara sin haber logrado el número de diputados suficientes para ser investido. Ha intentado convencer a Podemos, mediante todo tipo de presiones, amenazas y ofertas, salvo la entrega de una cartera, para que Iglesias facilite su designación como presidente. También ha rondado a Ciudadanos y al PP con todas las artimañas posibles, salvo la única necesaria: una oferta de colaboración en el Ejecutivo.
Los voceros del Gobierno y de Ferraz no han pasado de apelar a la responsabilidad democrática de ambas formaciones. Justo lo contrario de lo que propio Sánchez hizo con Rajoy y su famoso 'no es no'. Ya se le ha olvidado. "Es tan hipócrita lo que está haciendo Sánchez, que no se merece ni siquiera que se le escuche", dicen desde fuentes de Ciudadanos. Rivera ni siquiera acudió a la Moncloa en la reciente invitación por parte del jefe del Ejecutivo interino. Casado sí se desplazó hasta la sede de la presidencia.
Exigencias firmes a Sánchez
Llegan a la sede nacional de Génova insinuaciones y consejos de toda índole sobre cómo responder al actual escenario. Algunos dirigentes, como Isabel Díaz Ayuso, aspirante a la presidencia de la Comunidad madrileña, Esperanza Aguirre, el exminsitro Rafael Catalá y algún otro se han manifestado en pro de facilitar la investidura de Sánchez previo pacto de un acuerdo con severas condiciones en materia de Estado. Por ejemplo, no a los indultos, no al impuestazo, y no a la entrega del Gobierno navarro a los secesionistas de Garoa y Bildu. "Exigencias firmes y sin regateos", dicen en este grupo que intenta modificar el ánimo de Casado. No se trata de un movimiento concertado, sino de opiniones individuales y dispares y por supuesto muy minoritarias.
Este lunes, en la apertura del curso de verano de Faes, Casado se reencontrará con José María Aznar
Dentro del PP circulan versiones que aseguran que, hoy por hoy, la respuesta sigue siendo negativa. Un no tajante y absoluto. Lo repite Casado cada día y lo pregonan a los cuatro vientos sus lugartenientes, Teodoro García Egea y Javier Maroto. Colaborar con Sánchez para que se mantenga en el poder no entra en los planes de la cúpula de los populares. Este lunes, en la apertura del curso de verano de Faes, Casado se reencontrará con José María Aznar, con quien no aparece en público después del desastre de las generales. Será una ocasión muy adecuada para que el refundador del PP se pronuncie sobre esta cuestión, sobre la que hasta ahora ha mantenido un silencio absoluto.
La segunda vuelta de septiembre
Por ahora la postura del 'no' es rotunda y absoluta. Otra cosa será lo que ocurra en septiembre, si es que se llega a un segundo intento de investidura. Será entonces cuando quizás el PP module su planteamiento e intente abordar la alternativa de la abstención con condiciones. Fuentes del PP no descartan que tal cosa vaya a ocurrir, aunque tampoco dan nada por hecho. Casado viene asegurando que facilitar la renovación de Sánchez en la Moncloa no es bueno para España, porque el PP lidera la oposición, tiene que ejercer de tal y "un país sin oposición se queda sin alternativa de Gobierno".
Después de que el primer intento de investidura fracase, tal y como se vislumbra, habrá un periodo de reflexión en el tablero político. En el PP se meditará sobre la posibilidad de virar hacia la abstención. "Es una jugada arriesgada, por eso hay que hacerla bien, hay que dejar bien claro que el PP es un partido de Estado, como lo ha sido siempre y que sólo daría su brazo a torcer para evitar que Sánchez se entregue a los secesionistas", dicen los partidarios de la abstención.
Casado lo tiene muy claro pero como se desliza en su entorno, 'es posible que esa puerta se abra'. El PP no le teme a una repetición de elecciones, ya que seguramente resultaría reforzado en una nueva consulta en las urnas. "Pero hay que evitarlo por el bien del país, porque sería bochornoso e impropio de una democracia, no podemos pasarnos otro año paralizados, sería un despropósito", dicen en estas fuentes.