Algo ha cambiado durante las últimas 48 horas en La Moncloa, hasta el punto de que ya no se habla de repetición electoral en otoño como algo asumido por el devenir de los acontecimientos... no vaya a terminar siendo una "profecía autocumplida" que empiece a írseles de las manos tanto al presidente del Gobierno en funciones como al que sigue considerando su "socio preferente", Pablo Iglesias.
Y es que a principios de semana la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lanzaba la bomba verbalizando lo que hasta ese momento eran comentarios sotto voce en el PSOE: "No habrá segunda investidura" si Iglesias se empeña en llevar la negociación hasta septiembre. Es decir, que o Podemos vota la investidura en julio o a votar de nuevo.
A Iglesias le faltó tiempo para responder que no cree tan "irresponsable" a Pedro Sánchez, quien, a su vez, declaraba el jueves a La Vanguardia no estar dispuesto a "comulgar con ruedas de molino" (sic) de un gobierno de coalición impuesto por los morados.
"Hay que centrarse en definir la cooperación", insiste el entorno del presidente para salir de la situación de crisis que vive la negociación PSOE/Podemos
"Hay posibilidades (de acuerdo) dentro del gobierno de cooperación" y además en julio, nada de esperar a septiembre, señalaban este domingo a Vozpópuli desde el entorno del presidente. "Pero para eso hay que centrarse en definir la cooperación", añadía esta misma fuente en un gesto claramente conciliatorio hacia los morados.
"Ese es el escenario prioritario y en el que hay que centrarse ahora", insiste la misma fuente para quien, "si Sánchez ha sido capaz de pactar el reparto de cargos institucionales en Europa y desbloquear el acuerdo UE/Mercosur, también lo hará en España.
Esto no significa que vaya haber una reunión inmediata de Sánchez e Iglesias para desbloquear la situación. No, por lo menos, antes de que Sánchez fije "primero" con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, este martes la fecha del pleno de investidura. La decisión de la fecha será, después de tanto exceso verbal, lo que marcará el inicio formal del proceso y desvelará las posibilidades reales de pacto.
Preocupados por el relato
Lo que en La Moncloa y Ferraz tienen claro es que, pese a los sondeos a favor, no pueden aparecer como los impulsores de esa repetición de elecciones porque, en el fondo, es la consecuencia de un fracaso en el que, como mínimo, Sánchez tendría su cuota de responsabilidad. No está claro, llegados a ese punto, a quien culparían los españoles, por más que socialistas y PP aparezcan ahora como los grandes beneficiados de volver a votar.
Sánchez sabe que los nervios y cierto desánimo empiezan a apoderarse de un partido que ha pasado en dos meses de dar por segura la investidura de Pedro Sánchez al fantasma de una repetición de elecciones como en 2015/2016, por la "obsesión" de Pablo Iglesias de entrar en un gobierno de coalición "para el que no dan los números, se ponga como se ponga", señala a Vozpópuli un barón socialista.
"El hastío de los españoles, a los que hemos dicho que no iban a volver a votar en cuatro años, podría ser notable", advierte un alcalde socialista
Cierto que el líder socialista de hoy no es el mismo que el de hace tres años. Nadie en el socialismo rechista su táctica de hacer frente a un crecido Iglesias, pero preocupa en ciertos sectores que el enconamiento de las posiciones desemboque en un escenario "incierto" en el que el más beneficiado sería Pablo Casado.
No ponen en duda la victoria del PSOE y de Sánchez en particular, probablemente aún mayor de los 123 diputados del pasado 28 de abril, sino la movilización de nuevo de toda esa masa de votantes de izquierda que acudió a votar hace dos meses por miedo a Vox; eso, unido al reagrupamiento del voto de la derecha en torno al PP puede dar "sorpresas".
"El hastío de los españoles, a los que hemos dicho que no iban a volver a votar en cuatro años podría ser notable", advierte un alcalde socialista de forma gráfica para explicar esa preocupación.