Las primeras quinielas para después del 21D tienen como protagonista a quien puede ser quinta o sexta fuerza: la lista de Xavier Domènech. Una vez repartidos los escaños del nuevo Parlament, de acuerdo al resultado electoral, y antes de hablar de investiduras, la primera votación clave de la etapa política que se abre tras el 21D en Cataluña será la de la Mesa de la Cámara y quién se sitúe al frente de su Presidencia puede ser determinante para las que vengan después. A falta de conocer la distribución de fuerzas, y cuando todo los actores dan por hecho que no dibujará un escenario fácil, desde los diversos puntos del espectro político catalán se señala a esa primera negociación como una pista de por dónde puede ir después la conformación del Govern y se apunta como candidatos a ese puesto a los comuns, muestra del cortejo que se hará a sus diputados desde los dos bloques de la Cámara.
Nadie se atreve a hablar de negociaciones abiertas, pero este esquema empieza a estar en la cabeza de muchos y a otros no les parece descabellado que, aunque sea quinta o incluso sexta fuerza, Catalunya En Comú-Podem se haga con la Presidencia de la Cámara y ostente así la segunda autoridad de Cataluña, esté o no encaminado el pacto para el próximo Gobierno. De hecho, aunque el plazo para la sesión constitutiva, y por tanto para ese primer acuerdo, no acaba hasta el 23 de enero, algunas fuentes de la antigua Convergencia apuntan a que esta primera negociación podría ir muy rápido y cerrarse en los primeros días de enero.
Bueno para ambos lados
Que el partido de Xavier Domènech ostente la Presidencia de la Mesa puede convenir a ambos lados de la Cámara. ERC puede preferir sus votos a los de la CUP, que insisten en seguir caminando por la vía unilateral, mientras que el candidato del PSC, Miquel Iceta, ya ha dicho claramente que quiere ser investido con el voto o la abstención de Ciudadanos, PP y los comunes. Algunos socialistas ya señalan en privado que, aunque es prematuro hablar de esto, podría ser un buen acuerdo.
Otra cosa pueden ser las intenciones de Ciudadanos, que según las encuestas tiene muchas opciones de convertirse en la primera fuerza en votos, pero que, tal y como ha reconocido su presidente nacional, Albert Rivera, puede tenerlo difícil para que su candidata, Inés Arrimadas, sea presidenta: sólo con los apoyos del PSC y el PP no tendrá suficiente y el partido morado descarta por completo despejarle el camino.
Hasta ahora, los vetos cruzados de todos los partidos dejan pocos espacios de acuerdo: los comuns apuestan por un acuerdo con ERC y PSC; los socialistas no quieren saber nada de los independentistas y abogan por un acuerdo transversal; y la suma de los protagonistas de la antigua Junts pel Sí necesitará otros apoyos.
Con este panorama, y si no se reedita la mayoría independentista o sus protagonistas son incapaces de ponerse de acuerdo, en el PSC creen que su candidato puede ser la única opción que evite un bloqueo que conduzca a nuevas elecciones, aunque sea cuarta fuerza en el Parlament.
Tendrá un papel determinante en la nueva legislatura
Y en todo ese proceso que se abrirá con el 21D, el president de la Cámara tendrá un papel determinante, no ya como muestra de una negociación política, sino por cómo dirija las negociaciones. Según el Reglamento, a él o ella corresponderá abrir las consultas con los nuevos líderes parlamentarios para comprobar quién puede tener los apoyos suficientes y hacer una propuesta a los diputados. Una vez constituido el Parlament, se debe fijar un debate de investidura en un plazo de diez días.
En la última legislatura catalana, desde el principio al final Carmen Forcadell fue una figura clave. La dirigente de ERC propuso al expresident Artur Mas sin tener las garantías de que su investidura saliera adelante. El que había sido cabeza de lista de Junts pel Sí en las elecciones de septiembre de 2015 fracasó y después le tomó el testigo Carles Puigdemont, que sí consiguió recabar los apoyos de la CUP.
La decisión es del president y, por eso, la pregunta ahora es si hará como hizo Forcadell, y después el Rey tras los comicios del 20 de diciembre proponiendo al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y da la oportunidad a un candidato que no tenga cerrados los apoyos que necesita para llegar a la Generalitat: mayoría absoluta en primera vuelta y simple, en una segunda votación.
No es un asunto menor. Pero, además, puede arrojar señales de las negociaciones posteriores, de las que ya se empezará a hablar mucho desde este mismo fin de semana. Así ocurrió después de las elecciones del 20D en España, cuando el PSOE logró situar a Patxi López en la Presidencia del Congreso de los Diputados, gracias a los apoyos de Ciudadanos y PP. Entonces, fracasó un intento de pacto con Podemos -como luego ocurrió en la investidura del líder de los socialistas- que propuso a su propio candidato: Xavier Doménech.