Política

Las protestas de miembros del Gobierno forzaron a Sánchez a degradar a Redondo del grupo de desescalada

El informe que presentó el director de gabinete del presidente para la salida progresiva de la reclusión no aportaba soluciones concretas y se consideró un papel muy teórico y poco práctico

  • Iván Redondo y Pedro Sánchez.

Las quejas de varios miembros del Gobierno forzaron a Pedro Sánchez a apartar a su jefe de gabinete, el asesor Iván Redondo, de la dirección del llamado grupo de desescalada del coronavirus. Los primeros informes que presentó Redondo, según ha sabido Vozpópuli, no contenían propuestas concretas para la salida de la reclusión y se consideraron demasiado teóricos y poco prácticos.

El nombramiento de Redondo para la gestión de este grupo de desconfinamiento progresivo, que adelantó El Confidencial, irritó a buena parte del Consejo de Ministros desde el principio. No se entendía que Redondo, sin experiencia sanitaria ni económica, liderase los trabajos para la delicada salida de la hibernación.

El Gobierno ordenó la cuarentena general de la población el 13 de marzo. Y se espera que Sánchez solicite una nueva prórroga del estado de alarma para extenderlo al menos hasta el 11 de mayo.

Un informe sin soluciones

Redondo trabajó inicialmente con un reducido grupo de colaboradores del gabinete de Presidencia. El informe que entregó, sin embargo, provocó cierto malestar entre varios miembros del Ejecutivo. El documento no aportaba soluciones concretas, ni un calendario razonable al que agarrarse. 

Las críticas a Redondo fueron, por un lado, que el contenido era un corta y pega de lo que han hecho otros países en situaciones similares. Y, por otro, se dijo que era un informe demasiado teórico y poco práctico, que no tenía en cuenta la realidad socioeconómica española. El jefe del Ejecutivo optó por sofocar el incendio apartando a su mano derecha de la coordinación de esta unidad.

En su lugar, Sánchez colocó al frente del grupo a la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Nadie la ha confirmado oficialmente en el cargo, pero se da por hecho que lo dirige tras aparecer su nombramiento en El País.

Ribera ha sido incluida junto al resto de vicepresidentes del Gobierno en el comité de gestión de la crisis del coronavirus, al que solo asistían hasta ahora Sánchez y los cuatro ministros del mando único del estado de alarma: Sanidad, Salvador Illa; Interior, Fernando Grande-Marslaka; Defensa; Margarita Robles; y Transportes, José Luis Ábalos.

Un ojo en Europa y el mundo

El Gobierno todavía no ha ofrecido un calendario claro para la salida de la reclusión. Las cifras de contagios no acaban de descender a los parámetros que espera el Ministerio de Sanidad. Además, España está a punto de superar la barrera de los 20.000 fallecidos en esta crisis.

El grupo que ahora dirige Ribera está integrado por varios ministerios clave del Gobierno. No hay representantes de Podemos. El peso lo llevan las carteras económicas, Sanidad y también Asuntos Exteriores. La idea es que se incorporen las comunidades autónomas, pero todavía no lo han hecho.

La cartera que dirige Arancha González Laya juega un papel determinante en esta unidad. Ellos se encargan de informar al resto de departamentos las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la ONU, que también tiene una célula específica para combatir la epidemia de la Covid-19.

El grupo mira también de reojo a los países de nuestro entorno. Francia o Alemania, entre otros, han presentado calendarios de desconfinamiento, que contemplan una relajación progresiva de las restricciones de movilidad a partir de principios y mediados de mayo.

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