Todos sabían que una lista de más de 200 comparecientes para seis meses de trabajo debería sufrir recortes importantes, pero el plan acordado ayer por los portavoces de los únicos cuatro grupos parlamentarios que integran la comisión de reforma territorial parece que dejará fuera a una parte destacada de la propuesta del PSOE, que sorprendió con una larga serie de nombres procedentes del mundo del periodismo y la cultura. Y habrá quienes, dentro del Grupo Socialista, lo agradezcan: aunque no ha habido críticas en voz alta, muchos se cuestionan la oportunidad de llamar a tantos informadores, escritores y hasta Joan Manuel Serrat.
Por el momento, la primera reunión para organizar los trabajos de la comisión acabó ayer con un acuerdo para el calendario de enero, que arrancará el día 10 con los padres vivos de la Constitución, Miquel Roca (de Convergència), Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y José Pedro Pérez Llorca (de UCD), y continuará con sociólogos, dos expresidentes autonómicos, e historiadores.
Ciudadanos pretendía que en enero desfilaran también los expresidentes del Gobierno, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, pero PP y PSOE apuestan por dejarlos para el final de sus trabajos. Con todo, podría acabar adoptándose una decisión intermedia.
El objetivo es arrancar con una primera fase de evaluación global del desarrollo del Estado autonómico, que se prolongará más allá de enero, y en la que en principio tampoco tendrían cabida los presidentes autonómicos, que integran la lista de los tres principales partidos. Sus comparecencias tendrían cabida en una segunda fase de trabajos, más centrada en un análisis de la situación actual del Estado autonómico. Así se daría margen a la formación de gobierno en Cataluña después de las elecciones del 21 de diciembre y a que el nuevo president pueda ser llamado junto al resto.
Y se cerraría con una última etapa sobre aspectos concretos del Estado autonómico que los partidos creen que deben modificarse, como el reparto de competencias o el Senado.
Advertencia del presidente de la comisión
El plan inicial es que los trabajos se prolonguen durante seis meses, por lo que la larga lista de más de 200 comparecientes necesitará ser cribada y así se lo advirtió ayer a los grupos el presidente de la comisión, José Enrique Serrano. El veterano diputado avisó a los portavoces de que deberían ir fijando sus prioridades, especialmente el PSOE y el PP que son los que han presentado listas más numerosas.
Y, aunque la dirección socialista insiste en que la sociedad civil debe estar representada en este debate, a tenor de la organización de trabajo, el espacio parece más ajustado precisamente para la parte de la lista que más comentarios ha recibido, la de nombres procedentes del periodismo y la cultura. En la propuesta del PSOE hay hasta 25 periodistas, la mitad directores de medios de comunicación y la otra mitad englobados bajo el epígrafe de "periodistas y opinión". Entre ellos están Iñaki Gabilondo, Javier Sardá, Jordi Évole, Julia Otero Pepa Bueno y Angels Barceló.
Además, los socialistas quieren escuchar en la comisión territorial a los escritores Fernando Aramburu, Javier Marías, Luis García Montero y Javier Cercas, la cineasta Isabel Coixet, el cantautor Joan Manuel Serrat y el museógrafo Miguel Zugaza.
La portavoz de Igualdad se quejó ante la dirección de que no se haya incluido a las asociaciones de mujeres juristas y constitucionalistas.
La lista del PSOE causó sorpresa pero no ha habido un cuestionamiento en voz alta. De hecho, sólo hubo una mención a esta propuesta en la última reunión del Grupo Socialista, el pasado martes. Fue la de la portavoz de Igualdad, Ángeles Alvarez, que protestó porque, en esa larga lista, no se hubiera dado hueco a las asociaciones de mujeres juristas y constitucionalistas. No hubo respuesta oficial de la dirección.
En esa reunión, a puerta cerrada, no hubo más debate, pero, en privado, muchos diputados socialistas cuestionan el planteamiento del PSOE en esta comisión. "No da ni para la crítica política, lo que hay es cachondeo", aseguraba a este periódico un diputado socialista, que lamentaba que este órgano, al que el partido ha dado mucha importancia, porque espera que dé paso a la reforma de la Constitución, ya estaba siendo muy "ninguneada" por el resto de partidos, como para que ahora el mismo PSOE le dé ese carácter de "espectáculo".
Los otros partidos que la integran no han querido hacer sangre, pero sí creen que el debate que quiere tener el PSOE "no es serio", una opinión que comparte ese sector del Grupo Socialista más incómodo con la actual dirección de Pedro Sánchez. Eso sí, en este caso la comparten también algunos afines al secretario general, que no entienden el criterio para ampliar de esa manera el espectro de la sociedad civil al que se quiere incorporar a estos trabajos.
En todo caso, todos asumen ya que tendrán que meter la tijera, porque no habrá jornadas para tantas comparecencias. Y más generosos deberán ser si, como pretenden, después de las elecciones catalanas se suman otros partidos. En su arranque no están ni los nacionalistas catalanes y vascos ni Podemos, pero el PSOE confía en que se incorporarán cuando pasen las elecciones de Cataluña
De hecho, ya se han resignado a esperar a que pase esta campaña para que empiecen los trabajos. Los socialistas pretendían haber recibido a los muñidores de la Carta Magna de 1978 la semana pasada, en vísperas de la celebración de su aniversario, pero PP y Ciudadanos se negaron. Su día será el 10 de enero.