El PSOE ha negociado durante semanas con el Gobierno el margen de la posible aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña y ha garantizado su apoyo si el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, no renuncia a la independencia, como nadie espera ya. Pero aunque su voto a favor en el Pleno del Senado parece fuera de duda, los socialistas quieren aprovechar el trámite parlamentario para introducir algunos cambios en el texto elaborado por Moncloa y así modificar algunos asuntos con los que están menos cómodos. Y entre ellos está el control de TV3.
Desde el primer momento, éste fue uno de los aspectos del 155 con el que los socialistas discrepaban más, aunque se da la paradoja de que fue la 'negociadora' socialista Carmen Calvo la que lo anunció un día antes de que se reuniera el Consejo de Ministros. La 'número cuatro' del PSOE apuntó que las medidas que se presentaran "evidentemente" afectarían a los medios de comunicación públicos, además de a las fuerzas de seguridad, porque hay que garantizar su neutralidad.
Sin embargo, no todos en el PSOE y, especialmente en el PSC, están muy de acuerdo con esa decisión. Para los socialistas catalanes, centrados en que si hay que ir al 155, lo sea para una intervención lo más breve y limitada posible, que conduzca a unas elecciones cuanto antes, ésta era la última de sus preocupaciones.
Pero, como había avanzado Calvo, el control de TV3 y la posibilidad de cesar a sus cargos forma parte del paquete de medidas que aprobó el sábado el Gobierno y envió al Senado, donde primero está siendo analizado por la comisión creada para estudiar la aplicación del artículo 155.
En este primer órgano, los grupos pueden presentar sus propuestas de modificaciones o mejoras y el PSOE ya dijo esta semana que, pese al acuerdo con Moncloa, haría enmiendas. Y ahí, según adelantan a este periódico fuentes de Ferraz, se introducirá un cambio en lo que afecta a la televisión y a la radio catalanas, en el ámbito de la ampliación de las competencias del Parlament en el que quieren avanzar en este trámite.
Los socialistas quieren aprovechar el trámite parlamentario para introducir algunos cambios en el texto elaborado por Moncloa y así modificar algunos asuntos con los que están menos cómodos
Desde el pasado fin de semana el PSOE ha defendido que el Gobierno pretendía "disolver" la Cámara catalana y que, fruto de la negociación, consiguieron que se mantuviera activo con algunas competencias que ahora quieren ampliar. El objetivo es, explican fuentes socialistas, "blindar al Parlament".
La segunda exigencia que plantearon los socialistas fue una intervención lo más breve posible en el tiempo. Y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pactó con los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, y Ciudadanos, Albert Rivera, que las elecciones autonómicas fueran el 28 de enero, dentro del plazo que estos partidos querían.
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo no se ha atado públicamente a esta fecha y se ha marcado un horizonte temporal máximo de seis meses, que en el PSC consideran demasiado extenso.
En todo caso, en este proceso, pese a las presiones internas y externas, el PSOE y el PSC han caminado de la mano. El entendimiento entre Pedro Sánchez y el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, es absoluto y las posiciones están totalmente coordinadas, en sus coincidencias y, también, en las discrepancias que han ido surgiendo en el partido catalán, a las que Ferraz ha tratado de restar importancia en todo momento.
Más allá de las enmiendas en el Senado al texto de Moncloa, los socialistas no se han desmarcado estos días del contenido de esa propuesta
Y después de defender que su apoyo al Gobierno en el 155 sería para una intervención "muy, muy limitada" y breve, más allá de las enmiendas que preparan al texto de Moncloa, los socialistas no se han desmarcado estos días del contenido de esa propuesta.
En palabras de un dirigente de la Ejecutiva federal, el Gobierno ha diseñado un paquete de medidas que le permita estar preparado ante diversos escenarios, pero no quiere decir que tenga que hacer uso de todas las herramientas. Dependerá de la situación.
De hecho, si han surgido discrepancias esta semana ha sido por el giro que ha dado el Gobierno, para endurecer su tono hacia los independentistas y asegurar que una convocatoria de elecciones no sería suficiente para frenar el 155. El PSOE, mientras tanto, se ha mantenido en su posición e incluso ha tratado de dejar más claro que sólo se parará la maquinaria con unos comicios convocados de acuerdo a la legislación y siempre y cuando no haya una declaración unilateral de independencia (DUI), ya sea "verbal ni escrita", o por muy "soft" que se quiera hacer. Y lo mismo dice el PSC.
Estas diferencias han hecho crecer las especulaciones sobre qué ocurriría si Puigdemont convoca elecciones sin DUI, un escenario aceptable para el PSOE y que el Gobierno, a tenor del mensaje que han dado en los últimos días, no vería suficiente. Sin embargo, según avanzaban las horas, disminuía la esperanza en que el president dejara de lado la declaración de independencia y así se ha entendido su rechazo a ir al Senado.