La XIV Legislatura echó a andar con un perdón solemne a los españoles por parte del diputado de mayor edad, el socialista ‘valle-inclaniano’ Agustín Zamarrón, y numerosas incidentes como el esguince de Adriana Lastras (PSOE) o el encontronazo entre Marcos de Quinto (Cs) y Luis Gestoso (Vox) por ocupar unos asientos en el hemiciclo. También permitió conocer quiénes serán los potenciales socios del PSOE de aquí en adelante sin necesidad de un apoyo expreso de ERC.
Las puertas del hemiciclo se abrieron a las 08:30 horas y los diputados más madrugadores se lanzaron a por los mejores puestos. Los empellones volvieron por doquier. De Quinto placó a Gestoso cuando Vox se apropió de los escaños naranjas en la pasada legislatura y el diputado de Santiago Abascal acabó por los suelos. Al final, Ciudadanos se conformó con ocupar una parte de las dos primeras filas del ‘quesito’ central junto al PNV y su ‘rival’ Vox.
PSOE y PP volvieron a ejercer el bipartidismo y cubrieron de carpetas y abrigos los escaños a la izquierda y derecha, mientras los partidos pequeños buscaron con ahínco los puestos de más visibilidad en el centro. Podemos se vio descolocado y tuvo que buscar cobijo entre las filas socialistas, que les cedieron cuatro puestos estratégicos en la segunda fila que siempre ocupa el PSOE. Fue el primer gesto parlamentario entre ambas fuerzas progresistas.
Quien no estuvo nada ágil fue Íñigo Errejón con sus otros dos socios de Más País –Joan Baldoví e Inés Sabanés- que acabaron en el gallinero más incómodo, justo detrás de las filas del PP. Más suerte tuvo Pablo Echenique, a quien se le permitió estar con su silla de ruedas en la parte de abajo, junto a las mesas de taquígrafos, para facilitarle el voto en urna.
El presidente pide perdón
Zamarrón dio inicio a su discurso inaugural con un perdón solemne a los españoles por el "incumplimiento en la XIII Legislatura del mandato de otorgar gobierno a la nación". A ese gesto de constricción, con una leve inclinación de la cabeza como si estuviera en Japón, le siguió el primer desafío independentista cuando la diputada de menor edad, Marta Rosique (ERC), leyó en primer lugar los nombres de los cuatro políticos condenados por el procés que sí estuvieron en la XIII Legislatura.
Rosique entonó los nombres de Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sànchez con una provocativa camiseta con la palabra 'Independencia' serigrafiada con las banderas de Cataluña, el País Vasco y Galicia. Zamarrón la llamó al orden y al terminar, dejó constancia de que los nombres de los presos del 'procés' mencionados eran diputados "no electos".
En la primera votación para elegir la presidencia de la Cámara baja llegó la torcedura de tobillo de Lastra. Las mullidas alfombras, tras el interregno de una legislatura a la otra, jugaron una mala pasada a la portavoz socialista, quien se hizo un esguince y tuvo que ser atendida inicialmente por la ministra de Hacienda, María José Montero, y la exministra del PP Ana Pastor, las dos facultativas que estaban más a mano. Al cabo de unos minutos pudo volver al escaño y seguir con las votaciones.
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La elección de Meritxell Batet requirió de dos votaciones, en las que el PSOE mostró quiénes pueden ser sus socios parlamentarios en esta legislatura. El primer envite dio un resultado de 167 votos a favor de Batet provenientes de PSOE y Podemos (155) junto a PNV (6), Más País (3), Coalición Canaria (2) y el Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Las 91 papeletas de Ana Pastor fueron de PP y Navarra Suma, mientras que Vox se votó a sí mismo y tanto Ciudadanos como Teruel Existe se decantaron por los votos en blanco.
El resto de votos, un total de 28, fueron nulos ya que ERC (13), JxCAT (hoy eran 7 por ausencia de un diputado), CUP (2), BNG (1) y Bildu (5) introdujeron papeletas con palabras como 'Llibertad' o 'Askatasuna' -libertad en catalán y euskera-.
El lance 'berlanguiano' de la CUP
En la segunda votación apenas hubo cambios numéricos aunque tuvo un lance 'berlanguiano'. Al finalizar el llamamiento, Zamarrón preguntó de oficio si había alguna señoría que no había votado y para sorpresa de la Cámara, la diputada de la CUP Mireia Vehí se levantó de su escaño alegando que no había sido llamada.
El 'venerable' Zamarrón le dio permiso para bajar de su escaño e introducir su papeleta en la urna, al tiempo que le pidió disculpas por el error: "Perdónenos porque no sabe más el demonio por viejo, sabe menos", le dijo como un sacerdote desde el púlpito. Tras ello, se procedió al recuento.
Batet no añadió más votos que los cosechados en la primera, incluso perdió uno (166), mientras que Pastor sí consiguió atraerse a los 52 diputados de Vox, aunque se quedó en 140 y fue insuficiente para alcanzar a la candidata socialista ante los 11 votos en blanco y los 29 nulos.
La izquierda se hace fuerte en la Mesa
Luego llegó el reparto de las cuatro vicepresidencias y las cuatro secretarías. Para las vicepresidencias, el PSOE colocó a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis como vicepresidente primero; mientras que el PP, sumando a Ciudadanos, situó a Ana Pastor como segunda; y Unidas Podemos, con el apoyo de los independentistas de ERC y JxCAT, a Gloria Elizo como tercera.
Vox logró la cuarta vicepresidencia con sus 52 diputados, por lo que Ignacio Gil Lázaro entró en la Mesa, de la que ya fue miembro entre 2004 y 2015 cuando militaba en el PP. A la postre, fue la única victoria del partido de Abascal, aunque el resultado se recibió con alivio en las filas de la formación conservadora.
En cuanto a las secretarías, PSOE y Podemos lograron tres de las cuatro en liza aplicando su 'cordón sanitario' contra Vox ya que consiguieron dejar fuera tanto al candidato del partido de Santiago Abascal como al de Ciudadanos.
Los cuatro diputados elegidos para las secretarías fueron Sofía Hernanz (PSOE), Gerardo Pisarello (En Comú), Javier Sánchez Serna (Podemos) y Adolfo Suárez Illana (PP). Como Hernanz y Pisarello empataron a votos, ambos con 67 papeletas, fue necesaria una nueva votación para saber quién ocupaba la primera de las secretarías. Tras casi cuatro horas de sesión ininterrumpida, Zamarrón decretó "un pequeño recreo de cinco minutos" antes de proceder a ese escrutinio extra y a la vuelta de los baños, el vencedor fue Pisarello por 91 contra 87 votos de Hernanz.
Los polémicos acatamientos
Tras ello, se dio inicio a los acatamientos de la Constitución por parte de sus señorías. ERC utilizó la siguiente fórmula: "Por la libertad de los/las presos/as políticos y hasta la constitución de la República Catalana, por imperativo legal, sí, prometo". En el Senado se introdujo entre medias la adenda "por el retorno de los exiliados".
JxCAT, por su parte, rizó el rizo con la siguiente proclama: "Con lealtad al mandato democrático del 1 de Octubre, por fidelidad al pueblo de Cataluña, por la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados y por imperativo legal, yo prometo". Curiosamente, los dos representantes de la CUP fueron más contenidos: "Por imperativo legal, prometo en lealtad primera y última a nuestro pueblo", dijo Albert Botrán con el puño en alto.
Los parlamentarios de Vox repitieron en el juramento la coletilla de "Por España, sí juro", mientras que Podemos se decantó por la siguiente frase: “Por la democracia y los derechos sociales, sí prometo”. Desde los comunes se aceptó la Carta "por las 13 Rosas" tras las polémicas declaraciones de Javier Ortega-Smith (Vox) hace unas semanas. Desde PNV fueron más comedidos que los independentistas catalanes y acataron la Carta Magna de forma escueta: "Por imperativo, sí prometo".