Puigdemont arrasa a Junqueras en la primera batalla importante de la campaña electoral. La masiva peregrinación a Bruselas de este jueves derivó finalmente en una ceremonia de unánime apoyo al expresidente. El equipo de JxCat, la plataforma que lidera Puigdemont de cara al 21D, analizaba con entusiasmo el resultado de la movilización. Las miles de bufandas amarillas que se desparramaron por las calles de la capital belga empezaron coreando 'Despierta, Europa' y terminaron clamando, con insistencia, 'president, president'.
Los peregrinos recitaban con entusiasmo una idéntica letanía. "Allí donde nos llamen el president, nosotros iremos". "Estamos aquí para defender la república". "Sacaremos adelante la independencia". El nivel de fanatización entre los desplazados no pasaba inadvertido a los observadores. La apostasía ante los jueces por parte de los exconsejeros y de los miembros de la Mesa del Parlamento catalán no ha producido el menor efecto de rechazo entre la militancia más vehemente. No son traidores, sino que renegaron de la DUI y se abrazaron al 155 porque no podían hacer otra cosa. Siguen siendo héroes, aunque, como Carme Forcadell, permanezcan ocultos y en silencio.
Los sondeos muestran ya una notable recuperación de la candidatura de Puigdemont, que aparece ya prácticamente empatado con ERC. Se observa ya un trasvase notable de votos entre las dos fuerzas secesionistas en pugna. La opción del voto útil frente al que denominan 'bloque del 155' se empieza a inclinar del lado del Puigdemont.
Oriol Junqueras no saca el rédito electoral previsto a su condición de preso. El martirologio de la cárcel no se traduce en los sondeos. Al menos eso piensan en edl entorno de Elsa Artadi, la estratega jefe de Puigdemont, quien ha organizado un programa intenso de apariciones de su candidato con el que dominar estos días de campaña. Junqueras, desde su aislamiento penitenciario, apenas araña espacios mediáticos de impacto. Alguna entrevista en papel, esporádicos mensajes sentimentales, un puñado de lánguidos tuits. Escaso impacto.
Los comparsas de ERC
Puigdemont ha transformado el happening de Bruselas en su primer gran acto de la campaña. Incluso los dirigentes de ERC parecían sumarse alegremente a la gran procesión belga, convertidos en meros comparsas de la 'operación president'. Marta Rovira buscaba afanosamente micrófonos para compensar el hiperpersonalismo de su rival. Toni Comin, número siete en la lista de Junqueras, pronunció un mitin visceral e histriónico, con las consabidas referencias al franquismo. Gabriel Rufián sólo acertaba a arrojar improperios contra el Estado, el Gobierno, el 155 y la Justicia española. Todos ellos, al igual que los cientos de militantes de ERC presentes en Bruselas, fueron engullidos por el gran aparato propagandístico creado en torno a Puigdemont.
"Estamos actuado con una enorme ingenuidad, hemos caído en su trampa", señalaba un dirigente de ERC. Partía Junqueras como claro ganador en la pugna interna del separatismo. Empieza a perder pie. Intenta alguna reacción, como apartar a Rovira de la primera línea. De momento le han sacado de los debates de las televisiones. Poco a poco, Carles Mundó, exconsejero de Justicia, ha asumido más protagonismo en los mítines. Estuvo en la cárcel y exhibe ahora su gestión en la Generalitat. Demasiado frío para tanto, dicen los suyos.
El histrionismo desaforado de Puigdemont, sumido en una vorágine radical sin freno, que funciona a la perfección entre sus simpatizantes, permite poco margen de maniobra al líder de ERC. Frente a las decenas de miles de personas en Bruselas, frente al encendido discurso del expresidente, ofrecía Junqueras un lánguido tuit: "Seguid, no desfallezcáis, luchad, con una sonrisa".