Carles Puidemont empieza a asumir la posibilidad de no ser investido en sesión del Parlament. Las conversaciones entre el expresidente y ERC avanzaron el domingo hacia una fórmula que ahora deberá confirmarse. Puigdemont sería proclamado presidente 'en el exilio' por la asamblea de cargos electos, según informa La Vanguardia, lo que evitaría el trámite de la Cámara, que sería anulado por el Constitucional.
Las negociaciones entre JxCat y ERC son frenéticas. Se divisa un principio de acuerdo para evitar el bloqueo institucional y la celebración de nuevas elecciones. Se trata de una fórmula imaginativa por la que Puigdemont será investido de forma simbólica y formará un Gobierno en Bruselas, también nominal pero no operativo. Paralelamente, el Parlament designaría a un 'president' legal, con todas las garantías y sin problemas pendientes con la Justicia.
Un Ejecutivo de 'atrezzo'
La obsesión del sector nacionalista es buscarle una salida airosa al expresidente fugado y salir el actual 'impasse' en el que se encuentra la política catalana. La vía que ahora se pone sobre la mesa es inédita e inaudita. Un presidente y un Gobierno en el exterior y otro presidente y otro Ejecutivo en Cataluña. No se han comunicado los detalles concretos de este esquema que, en cualquier caso, reduciría el papel de Puigdemont a una especie de figura ornamental, rodeado de un gabinete de 'atrezzo' sin demasiado poder operativo.
Fuentes independentistas insisten en asegurar que el expresidente tendría capacidad decisoria, e incluso que seguiría rigiendo la política de la comunidad desde su refugio belga. Algo que en la práctica se antoja sumamente alambicado y que, con el tiempo, dejaría de contemplarse como una solución efectiva. "Se están dando pasos y todo es muy complicado", comentaban fuentes del PDeCAT este lunes.