Había estado a punto en numerosas ocasiones, pero no ha sido hasta este miércoles cuando la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, incapaz de inculcar respeto al turno de palabra del resto de representantes políticos en un indómito Gabriel Rufián, se ha visto obligada a echar mano del Artículo 104 del Reglamento para expulsarle del Hemiciclo.
Aunque los parlamentarios patrios no se caracterizan por tirar de eufemismos a la hora de insultar, como ocurre en el Parlamento británico donde la prohibición de utilizar "ofensas a la dignidad" les ha llevado a sustituir "borrachera" por "fatiga inusual", lo cierto es que las expulsiones de la Cámaras españolas se limitan a dos: el popular Martínez Pujalte y el republicano Gabriel Rufián.
No fue hasta 2006 cuando la Presidencia del Congreso de los Diputados, con Manuel Marín al frente, puso de patitas en el pasillo a un diputado, una medida sin precedentes desde 1976. El agraciado fue Vicente Martínez-Pujalte, del Partido Popular, que se convirtió en el primer parlamentario español en ostentar este título.
Han pasado 12 años desde la primera expulsión y Gabriel Rufián se ha convertido en el segundo diputado invitado a abandonar el Pleno en la historia de la democracia
Eran las tres y media de una tarde de mayo y concluía el debate de totalidad sobre el proyecto de ley orgánica de modificación del Poder Judicial en materia de justicia de proximidad y Consejos de Justicia y estaba interviniendo el portavoz socialista, Diego López Garrido, pero Martínez-Pujalte estaba de pie en la fila de escaños conversando con otro diputado, por lo que recibió una primera llamada al orden por parte de Marín.
Aunque el dirigente popular se sentó en su escaño, continuó la charla en un tono cada vez más elevado y Marín le llamó por segunda vez al orden y le advirtió de que, en caso de hacerlo una tercera vez, en aplicación de la normativa, sería expulsado. Tras desobedecer fue invitado por el presidente a abandonar el Pleno, a lo que también se negó y le retó a "llamar a la Policía" para que le detuvieran.
La expulsión tuvo lugar en medio de un ambiente caldeado por la intervención del entonces ministro de Defensa, José Antonio Alonso, cuya dimisión era pedida a voces por el PP a tenor del 'Caso Bono', referido a la detención de dos militantes populares en 2005 bajo la acusación de haber agredido al exministro durante una manifestación convocada por la Asociación Víctimas del Terrorismo.
Han pasado 12 años desde entonces y Gabriel Rufián se ha convertido en el segundo diputado expulsado de la Cámara Baja de la democracia y en el primero de la era Ana Pastor. Sin embargo, no es la primera vez que un diputado de ERC es llamado al orden insistentemente. Otros fueron expulsados de la tribuna de oradores, aunque no del Hemiciclo. En el año 2005, Manuel Marín invitó a Joan Tardà a abandonar la tribuna de oradores por negarse a hablar en castellano.
En 2013, con Jesús Posada al frente de la Mesa, el entonces portavoz republicano, Alfred Bosch, y los parlamentarios Tardà y Teresa Jordà tuvieron que abandonarla de nuevo tras retar a toda la Cámara a hablar en catalán.