Mariano Rajoy impone la tranquilidad en su partido. El PP ha vivido en estado de 'shock' toda la semana, en especial desde que se conoció la decisión de la Audiencia de citar al presidente del Gobierno a comparecer como testigo en el juicio del 'caso Gürtel'.
El líder del PP pretende inocular una dosis paquidérmica de serenidad entre sus filas, sumamente preocupadas ante los acontecimientos vividos estos últimos días. Rajoy inaugura este viernes en Sevilla el congreso de las Nuevas Generaciones, una ocasión muy adecuada para transmitir a los jóvenes cuadros y militantes de su formación un mensaje de normalidad frente a las turbulencias que agitan sus siglas.
"Es el momento de reivindicar el trabajo del PP, de exhibir el orgullo por unas siglas que aseguran la estabilidad política de nuestro país", comenta una fuente. También es el momento de "mostrar con orgullo la honradez e integridad de nuestra gente, un partido con cientos de miles de aficliados en toda España", añaden.
"Normalidad" y "calma", son las palabras que más se van a escuchar desde los altos mandos populares en los próximos días. Rajoy mostró el camino este jueves antes de dirigirse a la asamblea de la CEOE. "Hacer caso de los tribunales es algo obligado para todos, incluidos los gobernantes", fueron sus palabras, muy alejadas de la línea dura esgrimida inicialmente desde Génova, a impulsos de Dolores Cospedal, en una nota emitida el pasado martes en respuesta a la citación de la Audiencia.
"Tres veces dijeron que no"
El presidente del Gobierno se ha alineado, así, con la escueta y aséptica reacción de Moncloa, que subrayaba el respeto a la actuación de los tribunales. Pese a sus serenas palabras, nadie en el partido duda de la enorme irritación con la que Rajoy recibió el cambio de actitud en uno de los miembros del Tribunal que habrá de recibir su declaración.
Tampoco existen dudas en esos medios de que el ácido comunicado de Génova y las posteriores palabras de Rafael Hernando, portavoz parlamentario 'popular',están en línea con ese sentimiento de enorme enfado del presidente. "En tres oportunidades dijeron que no tenía que ir como testigo, ahora dicen que sí, no dije nada antes y tampoco diré nada ahora", dejó caer el jefe del Ejecutivo a modo de suave recordatorio a la decisión judicial.
En medios de Moncloa se confía en que el tribunal señale una fecha cercana para que se lleve a cabo esta testifical del presidente y no haya que esperar hasta mediados de junio, para cuando están citados los secretarios generales de la formación. "Sería disparatado pasarnos dos meses en esta situación de espera", señalan. También confían en que finalmente Rajoy pueda rendir testimonio en su despacho y no tenga que acudir a la Audiencia, en una sala en la que tendrá como telón de fondo a Correa y demás imputados del 'caso Gürtel', una estampa que se anhela evitar.