El Gobierno y el PP se volcarán este sábado en la manifestación contra el terrorismo convocada en Barcelona. El Ejecutivo ha emitido un comunicado en el que anima a "todos los españoles" que puedan a que se sumen a la marcha, "para demostrar que España es un pueblo unido frente a la barbarie en los valores de la democracia, los derechos humanos y la libertad".
Mariano Rajoy pretende una presencia potente de su Gobierno y de su partido en las calles de la ciudad condal. El presidente encabezará esta movilización, a la que se sumarán la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro del Interior, José Ignacio Zoido y la titular de Defensa, Dolores de Cospedal, inédita desde el día del atentado.
También estarán otras autoridades del Estado, como los presidentes de Congreso y Senado, los portavoz de los grupos parlamentarios del PP en ambas Cámaras y miembros de la Ejecutiva de su formación, con la práctica totalidad de sus vicesecretarios en la delegación. Acudirán también diferentes lídieres autonómicos. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, despejó este miércoles sus dudas iniciales y emitió un comunicado en el que confirmaba su asistencia. El pasado lunes había señalado que lo estaba estudiando puesto que no había sido "invitada".
El despliegue de las fuerzas de seguridad será notable. La manifestación se espera masiva, al estilo de la que se celebró tras el asesinato de Ernest Lluch a manos de la banda terrorista ETA. Los secesionistas pretenden convertir esta iniciativa en una demostración de fuerza en las calles en vísperas de la Diada. La Generalitat ha manipulado los dramáticos episodios con movimientos de autoafirmación de Cataluña frente al Estado, dicen en círculos gubernamentales. De ahí el despliegue de Rajoy.
La CUP, el grupo antisistema que apoya el Gobierno de Puigdemont, ha intentado enlodar las vísperas del acto, con la difusión de acusaciones e infamias contra la Corona y el Gobierno, a los que prácticamente ha acusado de ser responsables de los atentados por su amistad con Arabia Saudí, 'financiadora' de los terroristas. Desde Zarzuela se mantiene en silencio los planes sobre la posible asistencia del Rey a la concentración del sábado. Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, pretende que el Jefe del Estado se sitúe en segunda fila durante la demostración popular.
Los cuerpos de seguridad auguran incidentes, que confían en que no superen el nivel de insultos e imprecaciones verbales contra la gente del PP. Algo que se da por descontado, aunque se supone que no pasarán de episodios aislados. Rajoy ha estado presente en Barcelona en varias ocasiones estos días, tanto en los oficios de la Sagrada Familia como en las Ramblas, acompañando a los Reyes.
La Generalitat demandó este miércoles a Zarzuela que retire de la web las imágenes en la que los Monarcas visitan a algunos niños heridos en el atentado, por considerarlo un uso inadecuado de la imagen de estos menores.
"No tinc por"
El ambiente se calienta. Los secesionistas pretenderán arrojar a la cara de Rajoy el "no tinc por" que ha sido el lema de la ciudadanía frente al terror. El Gobierno ha evitado todo tipo de polémicas y enfrentamientos con el Ejecutivo de Carles Puigdemont, en especial en la gestión policial de la crisis, que llevo a los sindicatos de Policía Nacional y Guardia Civil a emitir un duro comunicado sobre el ninguneo al que han sido sometidos durante estos días. Rajoy preside este viernes su segundo consejo de Ministros de agosto, tras el improvisado el día 16, y el domingo abre el curso político en su tradicional acto en Pontevedra.
El perfil bajo de Moncloa durante estas jornadas luctuosas ha sido ostensible, e incluso mal comprendido desde algunas instancias del propio PP. Rajoy pretende que las aguas bajen lo más tranquilas posibles al menos hasta el domingo, cuando tanto Barceloa como Cataluña empiecen a recobrar la normalidad. El temor a la utilización política de este zarpazo del terror, al estilo del 11-M, pesa en la mentalidad del presidente del Gobierno. Tanto el PSOE como Ciudadanos también se volcarán en las calles barcelonesas.