El uno de octubre de 2017 pasará a la historia como uno de los días más negros de la historia contemporánea de España. La Generalitat logró celebrar un simulacro de referéndum de autodeterminación en Cataluña, ilegal a todas luces, sin censo y con Policía y Guardia Civil a las puertas de los colegios para requisar las urnas, cierto, pero muy rentable en términos de imagen para sus promotores.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y sus socios independentistas de ERC y la CUP han logrado lo que buscaban: los más de 700 heridos a lo largo de la jornada en duras cargas policiales por toda la comunidad brindaron a los independentistas un largo catálogo de imágenes violentas, a cual más cruenta, que situó a España como noticia de apertura de todos los noticiarios por la "represión" a los votantes.
Una imagen que movió incluso a la canciller alemana, Ángela Merkel, a telefonear al presidente del Gobierno al conocer la cifra de centenares de herido; al primer ministro de Bélgica a pedir al Gobierno español acabar con esto; o incluso al líder laborista británico, Jeremy Corbyn, a pedir a la primera ministra, Theresa May, que presione a Mariano Rajoy para negociar.
La pregunta hoy es: ¿Y ahora, qué? ¿Se atreverá Puigdemont a ir hasta el final con una Declaración Unilateral de independencia (DUI) o se enfrentará a la CUP; a buena parte, de ERC, y también de su partido, el PDCat, y adelantará elecciones autonómicas? Pues parece ser que declarará la independencia porque anoche el propio Puigdemont compareció rodeado de todo el Govern a anunciar que en los próximos días trasladará al Parlamento catalán "los resultados" del refeéndum y éste declarará la República catalana... Como aquel 6 de octubre de 1934 de tan funesto recuerdo para todos los españoles porque constituyó la antesala de la Guerra Civil.
Ante semejante desafío, a Rajoy no le queda más remedio que aplicar el artículo 155 de la Constitución y nombrar una Generalitat, previa detención de Puigdemont, Oriol JUnqueras y demás dirigentes independentistas para que sean juzgados por rebelión.
Porque se puede argumentar que la consulta ha sido derrotada legalmente pero no tanto en términos políticos y el presidente del Gobierno lo sabe; se dirigió a los españoles al filo de las 20:15 horas para aclarar inicialmente que "no ha habido referéndum de autodeterminación en Cataluña"... y luego anunciar que desde hoy abre una etapa de diálogo "con todos los partidos" y que comparecerá urgentemente en el Congreso.
Habrá que ver si hoy la Fiscalía actúa contra los Mossos de Esquadra por la pasividad que mostraron ayer en los colegios electorales y su enfrentamiento con policías y guardias civiles
A duras penas, el Gobierno, que ha perdido el apoyo del PNV a los Presupuestos 2018, mantiene el respaldo del PSOE, que ya se apresta a pedir cuentas al ministro del Interior por esas imágenes de unas cargas policiales con las que está en "profundo desacuerdo".
Pedro Sánchez garantiza que no desestabilizará al Gobierno de Rajoy con una moción de censura de la mano con Pablo Iglesias y se dedicará a defender la unidad de España que "hoy está en riesgo" por culpa del inmovilismo de Rajoy. Nada que ver con un Podemos que insiste en echar del poder a un partido "violento y corrupto", el PP, pero al cual votaron casi ocho millones de españoles el 26 de junio de 2016.
Más de 700 heridos, entre los cuales figuras 19 policías y 14 guardias civiles puede definirse de cualquier cosa menos un referéndum normal. La Generalitat y el Gobierno jugaron hasta última hora al ratón y al gato con los detalles legales de la consulta, y habrá que ver qué hace hoy la Fiscalía con la actuación de los Mossos, que oficialmente pidieron "ayuda" a Policía y Guardia Civil.
Las imágenes de enfrentamientos entre agentes del cuerpo catalán y de los otros dos cuerpos nacionales confirman en buena medida que la policía autonómica no quiso desde un principio enfrentarse a la población con la que convive todos los días. Y habrá que ver su hay denuncias contra el major, Josep Lluis Trapero; de momento, lo que hay es una denuncia en sentido contrario, de la Generalitat contra Policía y Guardia Civil por provocar los altercados que ayer vio el mundo entero.