"Intentaré ser muy claro desde el primer momento", ha dicho Mariano Rajoy esta tarde en su primera intervención ante el pleno del Congreso para explicar la crisis en Cataluña: "Es la respuesta que el señor Puigdemont dé a este requerimiento (del Consejo de Ministros) la que marcará el futuro de los acontecimientos en los próximos días".
El presidente del Gobierno no ha dicho en su primera intervención en qué consiste ese requerimiento, pero fuentes gubernamentales señalan que constará de dos partes: un requerimiento para que aclare si ha declarado la independencia y, en caso negativo, otro con un plazo para que anuncie su retorno a la legalidad constitucional.
Rajoy ha preferido en esta primera intervención dirigirse a él sin que sonara a ultimátum pero dejando claro al presidente catalán que "en su mano está volver a la legalidad y restablecer la normalidad institucional, como todo el mundo le está pidiendo, o prolongar un período de inestabilidad, tensiones y quiebra de la convivencia en Cataluña".
le ha acusado de "perpetrar un ataque desleal y muy peligroso" contra la Constitución y contra la convivencia, cuya recuperación es el "objetivo" del Gobierno, ahora que "ni un solo país del mundo se ha tomado mínimamente en serio el 1-O".
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Una situación que ha sido posible gracias al "enredo" del derecho a decidir, que encubre un derecho de autodeterminación que no es aplicable a Cataluña porque no es un pueblo sometido a colonización y nunca se lo va a reconocer la ONU ni nadie.
Y lo que ocurrió en los plenos del Parlament de Cataluña los días 6 y 7 de septiembre fue "el detonante de una escalada de radicalidad, desodediencia y tumultos de la que no existen precedentes en nuestra hisotira reciente".
Mariano Rajoy ha dicho que "es hora de poner fin a este desgarro y hacerlo con serenidad, con prudencia y con el objetivo último de recuperar la convivencia".