Nadie lo esperaba. La renuncia de Alberto Núñez Feijóo ha dejado al PP sin un favorito claro a liderar la renovación del partido. La carrera por la sucesión de Mariano Rajoy entra ahora en una dimensión desconocida. El candidato de consenso está casi descartado y cualquier escenario es posible, incluida la victoria de un outsider como Pablo Casado. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, presentará su candidatura este martes. La exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría es la única incógnita.
El PP se enfrenta a una pugna inédita por la presidencia del partido a poco más de un mes del congreso extraordinario de los días 20 y 21 de julio. Si los cinco, seis o siete candidatos sobreviven hasta el 5 de julio, los militantes elegirán con su voto a los dos que se enfrentarán en el congreso. Es lo más parecido a unas primarias, porque el ganador final dependerá de los compromisarios del congreso, también elegidos por sufragio directo de los afiliados. Algunos ex dirigentes de la calle Génova empiezan a hablar en broma de un Vistalegre II, en alusión a la batalla que mantuvieron Íñigo Errejón y Pablo Iglesias por el liderazgo de Podemos. "Esto sí que no lo esperaba", confesaba un ex alto cargo del Gobierno recientemente censurado.
La campanada la ha dado Feijóo. El presidente del PP gallego había convocado a su Junta Directa autonómica para comunicar la decisión sobre su futuro. Y todo el mundo esperaba que diera un paso al frente. La ambición política de Feijóo es de sobra conocida. Y su gestión ha sido respaldada en Galicia por tres mayorías absolutas consecutivas. La salida de Rajoy de Génova después de 14 años de mandato era su momento.
Es cierto que había dudas. El silencio de Feijóo la pasada semana había alentado rumores sobre su verdadera disposición a entrar en la carrera por la presidencia del partido. Esas dudas se han confirmado en un discurso enrevesado, en el que parecía decir una cosa y la contraria. Compungido y con la voz entrecortada por las lágrimas, Feijóo ha renunciado.
"No puedo fallar a los gallegos, porque sería también fallarme a mí mismo", ha dicho.
¿Galicia o Marcial Dorado?
Galicia. Dicen quienes le conocen que Feijóo, de 56 años, ha tomado la decisión correcta. "Aquí ha sido una alivio", aseguran fuentes del PP gallego. La imposibilidad de articular una candidatura de consenso encabezada por él también ha influido en su renuncia. Otras fuentes apuntan a que Feijóo no ha querido enfrentarse a lo que le podía venir encima a él y a su familia. Las fotos con el narcotraficante Marcial Dorado han sido una espada de Damocles demasiado pesada para el presidente gallego.
La renuncia de Feijóo ha activado casi automáticamente la candidatura de Cospedal, que anunciará el martes de la Junta Directiva del PP de Castilla La Mancha, que preside. El plazo para formalizar las candidaturas finaliza el miércoles a las dos de la tarde. Cospedal sería la quinta aspirante en unirse a un club que integran de momento Casado, el ex ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, el diplomático José Ramón García y el valenciano José Luis Bayo. Queda por despejar la duda de Sáenz de Santamaría, que guarda silencio.
La novedad en esta carrera, que promete batalla, ha sido Casado. El vicesecretario de Comunicación del PP ha anunciado su candidatura por Twitter a primera hora del lunes. Casado ha dicho que no se presenta solo y ha escogido un puñado de mensajes cuidadosamente estudiados. "Yo sí quiero presidir el Partido Popular", ha anunciado Casado ante una nube de periodistas congregados a las puertas de la sede del partido. "Yo sí creo que no hay que esperar a que venga el futuro, sino que hay que salir a conquistarlo. No podemos seguir arrastrando los pies durante toda una semana para pensar quien quiere liderar un partido".
Casado, de 37 años, ha hecho una puesta en escena cuidada y con varias pistas de la clase de proyecto que quiere encabezar. Hay tres ideas clave: renovación y futuro, reunificación del centro derecha en torno a las siglas del PP y pensando en los afiliados yo soy uno de los vuestros. Sobre el proyecto renovador y de futuro, Casado ha utilizado Twitter para anunciar su candidatura y ha recordado que representa una nueva generación que quiere conectar con los jóvenes.
"No es un proyecto para ahora, es un proyecto para el futuro", ha dicho. "Cuando yo veo en el CIS que sólo el 5% de los jóvenes menores de 25 años confía en el PP, lo que me preocupa es lo que pasará en los próximos 10 años. Tenemos que recuperar la base electoral de los jóvenes y tenemos que hacerlo apoyados en la experiencia de los que no lo son tanto".
Reunificar la derecha
El segundo mensaje, milímetricamente teledirigido, es el del PP como catalizador de la derecha en España. Casado ha hecho algo que no hace nadie en el PP últimamente: reivindicar en pie de igualdad el legado de José María Aznar y Mariano Rajoy. Y además ha dicho que el partido tiene que recuperar a todos los votantes que se fueron a Ciudadanos y a Vox. Es la reconstrucción del espacio del centro derecha que pidió Aznar hace sólo unos días.
"La política no es una maratón sino una carrera de relevos y yo he tenido la suerte de trabajar con las dos últimas personas que han llevado al PP a lo más alto a nivel electoral y sobre todo enarbolando los principios, los valores y los programas que hacían falta para todos los españoles", ha asegurado. "Hay que recuperar a los votantes que perdieron la confianza. Los que se fueron a Ciudadanos, a los que se fueron a Vox".