La reunión entre el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, se desarrollará en una sala especial de la cárcel barcelonesa de Lledoners donde se encuentra recluido el dirigente independentista. El encuentro no tendrá límite de tiempo e Iglesias podrá acudir acompañado de quien considere.
Lo confirma un portavoz de la consellería de Justicia de la Generalitat, Departamento del que dependen la prisiones en Cataluña, única comunidad autónoma que cuenta con las competencias penitenciarias transferidas. No obstante, según explica, estos requisitos son comunes para las reuniones de este tipo en el resto de España.
Remite al artículo 49 del Reglamento Penitenciario, de aplicación en todos los centros penitenciarios de España. Las visitas de familiares y allegados están sujetas a otras normas más restrictivas y son un derecho que le asiste al preso y, por tanto, el encargado de autorizarlo. El artículo 49 en torno al que se desarrollará la cita de Iglesias y Junqueras dice que es la autoridad quien propone la reunión. Esto choca con la versión que ha ofrecido Iglesias, según el cual, fue Junqueras quien solicitó verle y no al revés.
"En local apropiado"
En su último punto, el citado artículo sí contempla esta posibilidad: "Los Notarios, Médicos, Ministros de Culto y otros profesionales acreditados, cuya presencia haya sido solicitada por algún interno por conducto de la Dirección del Establecimiento para la realización de las funciones propias de su respectiva profesión, podrán ser autorizados para comunicar con aquél en local apropiado".
En cuanto al número de gente que podrá asistir, las mismas fuentes consultadas indican que tantas personas como el espacio lo permita, es decir, que en este sentido tampoco hay restricciones de ningún tipo. Sobre la vigilancia, las fuentes consultadas, explican que todas las instancias de la cárcel están sujetas al control de los funcionarios, además de las cámaras de seguridad. Pero afirman que se respetará la privacidad del encuentro.
Iglesias se convirtió en el primer político en visitar en prisión a algún líder del procés. Lo hizo en junio en Soto del Real (Madrid) donde fue a ver a los líderes de la ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, respectivamente. En aquella ocasión el líder de Podemos estuvo sometido a las mismas condiciones que tendrá mañana en Barcelona.
Se trató de dos comunicaciones institucionales que, según confirmaron entonces fuentes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, tienen un régimen distinto a las ordinarias a través de locutorio dentro de los 40 minutos semanales a los que tiene derecho cada interno.