Quedan tres semanas para los actos de 40 aniversario de la Constitución y la Casa Real todavía no ha confirmado la presencia del Rey emérito Don Juan Carlos en el Congreso el 6 de diciembre, pero su posible asistencia sí está comenzando a ser preparada discretamente, según ha sabido Vozpópuli en fuentes parlamentarias.
Se barajan dos fórmulas para ubicarle durante el discurso de su hijo el 6 de diciembre: sentarle en el palco central -como se hizo con la Reina Doña Sofía en la ceremonia de proclamación de su hijo Felipe VI-; o bien, "a modo de homenaje" y dada la relevancia de una Carta Magna y una Transición impulsadas por él, sentarle en el centro del Hemiciclo donde habitualmente está la mesa de las taquígrafas. Esto último tendría una mayor carga simbólica, le conferiría un protagonismo casi equiparable al de las palabras que pronuncie Don Felipe.
Lo único cierto a esta hora es que, en círculos parlamentarios hay inquietud con el retraso en la decisión final que adopte Felipe VI en relación a la presencia de su padre, porque es el único aspecto relevante por cerrar en los fastos de 40 aniversario y empieza a ser foco de atención recurrente para las preguntas de los periodistas.
Don Juan Carlos no se calló hace un año
Fue el propio emérito el que decidió no estar el 19 de junio de 2014 en la histórica proclamación de su hijo, quien sí impuso que estuviera su madre y las Cámaras le dedicaron un prolongado y sonoro aplauso de varios minutos cuando el monarca entrante la mencionó en su discurso. Tres años más tarde, el 29 de junio del año pasado, ya fue Don Felipe quien no quiso que al 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas en 1977 asistiera su padre.
El emérito, que cuatro años antes había preferido ver por televisión la proclamación "para no robarle protagonismo", según la versión oficial de La Zarzuela, sí hizo saber ese día a determinados periodistas amigos y círculos muy próximos el estupor que le causó ser borrado por su hijo de la foto conmemorativa de las primeras elecciones.
Como si hubieran borrado a Napoleón de Austerlitz. Juan Carlos I me contesta: "Sí, desde luego" https://t.co/gX7tcLIHp8 vía @elmundoes
— Raúl del Pozo Page (@rauldelpozoem) June 29, 2017
Tuvieron que pasar varios meses, hasta enero de este año, con motivo del 80 cumpleaños de Don Juan Carlos, para que Felipe VI dedicara unas cariñosas palabras a su padre, a modo de rehabilitación tras varios años en los que abundaron las informaciones sobre los negocios del emérito durante su reinado y sobre su relación profesional y sentimental con Corinna zu Sayn-Wittgenstein.
Los audios de Villarejo
El problema es que tras ese intento de vuelta a la normalidad sobrevino la crisis causada por las revelaciones del ex comisario José Manuel Villarejo y la cosa se volvió a torcer. De hecho, desde el 7 de julio solo ha aparecido en el 80 cumpleaños de la Reina Sofía posando toda la Familia Real, incluso la Infanta Cristina.
Tanto el Gobierno como el PP temen que el centenar de diputados de Podemos y los independentistas del PDCat y ERC aprovechen la presencia del emérito para algún acto a favor de la República
Uno de los temores tanto de la Casa Real, como del Gobierno, del PSOE y el PP, es la posibilidad de que en la sesión solemne del 6 de diciembre se produzcan incidentes en el hemiciclo, si Podemos y los partidos independentistas catalanes, PDeCAT, ERC y EH-Bildu protagonizan algún acto de repudio a Don Juan Carlos. En total son un centenar de diputados muy activos en contra de la monarquía, sobre todo a raíz del discurso de Felipe VI tras el referéndum ilegal del 1-o en Cataluña.
Por eso es tan importante la elección del lugar donde sea ubicado el emérito. No es lo mismo que haya incidentes con él en el palco, adonde no apuntan las cámaras del circuito cerrado del Congreso salvo decisión de enfocarlo, que con el emérito en el centro del hemiciclo, ante los ojos no solo de los más de 500 diputados y senadores que estarán el 6 de junio allí presentes, sino de los millones de españoles que lo estarán viendo por televisión.
De ahí que la decisión final sobre la ubicación guarde mucha relación con la ausencia o no de los 70 diputados de Podemos de la sesión solemne el día 6. Si no acuden Pablo Iglesias y los suyos, la opción de sentarle en el centro del hemiciclo ganaría enteros y viceversa.