El barómetro de enero del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ofrece algunas pistas de cómo se reajusta el mapa electoral en el centro derecha tras la entrada de Vox. Albert Rivera está aguantando el tirón mucho mejor que Pablo Casado porque está conquistando voto del PSOE.
El PP, que cae a la cuarta posición, es el que más sufre. La matriz de transferencia de voto indica que hay un 13,7% de personas que votaron a Mariano Rajoy en las generales del 26-J que cambiaría su voto a Vox. Este porcentaje es más del doble que el 6,4% del barómetro de hace sólo un mes.
El problema para el partido de Casado es que un 15,8% de sus votantes hace tres años se pasarían ahora a Ciudadanos. El dato es ligeramente superior al 14% de diciembre del 2018.
Cs, segunda fuerza política
La formación de Rivera no está tan penalizada como el PP. La fidelidad de sus votantes es diez puntos más alta que de la PP -59,2% frente a 48,8%-, lo que le permite erigirse como la segunda fuerza política del país sólo por detrás del PSOE.
Un 9,9% de los que confiaron en Ciudadanos en 2016 admite ahora que votaría a Vox. Esta transferencia es ligeramente superior al 7% del sondeo de diciembre.
La novedad es que Rivera está conquistando a un votante socialista se supone que descontento con Pedro Sánchez. Es decir, Ciudadanos compensa la fuga a Vox gracias al PSOE. Un 6,1% de votantes del PSOE el 26-J reconoce que votaría a Rivera si hubiera elecciones ahora. Es una subida del 27% con respecto al barómetro de diciembre.
Ciudadanos es el principal destino del votante socialista en fuga. Según el CIS, sólo el 1,6% se iría a Podemos.
Este dato está en sintonía con la estrategia política de Rivera. Desde las elecciones en andaluzas y la irrupción de Vox, Ciudadanos ha rechazado disputar el voto de la derecha más conservadora a Casado y Abascal. Y ha hecho guiños al PSOE más tradicional, alejado de las tesis de Sánchez, en busca de un electorado de centro izquierda que eleve la intención de voto de Ciudadanos por encima del 20%.
Pactos con el PSOE el 26-M
Rivera ha trazado una línea divisoria entre lo que llama el sanchismo y el resto del PSOE. De hecho, ha dejado la puerta abierta a pactos con el socialismo después de las municipales y autonómicas del 26-M. Y ha descartado que la fórmula andaluza con el PP sea la única vía de acuerdo.
La otra buena noticia para Rivera es que en caso de duda los votantes tanto del PP como del PSOE también miran a Ciudadanos preferentemente. El 37,2% de los del PP asegura que su segunda opción en caso de cambio de papeleta sería Ciudadanos. El 11% de los del PSOE dice que si finalmente no votan a Sánchez, lo harán por Rivera.