Andalucía será la primera comunidad que ponga a prueba la solidez de Ciudadanos como primera opción para los votantes más allá de Cataluña. Siempre y cuando Mariano Rajoy no adelantase unas elecciones generales, algo que hasta la fecha parece improbable.
El reto de desbancar a Susana Díaz ha propiciado que el líder de la formación naranja en la región, Juan Marín, se vea abocado a trazar una estrategia que sirva, por un lado, a continuar dando estabilidad política al territorio y, por otro, a captar al electorado descontento del PP. Es decir, a desmarcarse del PSOE sin que se note demasiado.
Pero las maniobras se dan en ambas partes del acuerdo. La reforma del modelo de financiación autonómica, sobre la que el PSOE-A ha alcanzado un acuerdo con Podemos e IU -al que se sumó 'in extremis' el PP-A-, dejando solo a Ciudadanos, también ha contribuido a la brecha entre socios de Gobierno.
Marín, que ya lamentó la "constatación" de que PSOE, Podemos e IU planteaban un documento "cerrado" en el que no había voluntad de consenso con los otros dos partidos y con un procedimiento que ellos no comparten, aprovecha sus visitas a Madrid -donde se reúne la Ejecutiva- para recordar a Díaz que debe cumplir con los puntos que consensuaron con Cs para poder seguir gobernando.
Fin de aforamientos
En la misma línea, se ha pronunciado este lunes el presidente de Ciudadanos Albert Rivera, quien ha emplazado a Díaz a apoyar la reforma de la ley electoral que propone su partido, así como la limitación de mandato en Andalucía y la supresión de los aforamientos con el "ejemplo del caso de los ERE". Es decir, Cs ha decidido intensificar el discurso sobre la "regeneración política" en la región y marcar, de nuevo, la hoja de ruta a la socialista. Si la presidenta andaluza quiere que haya un fin de legislatura sin sobresaltos tendrá que cumplir con el pacto de investidura.
Rivera, estimulado por los resultados de los sondeos que le disparan a primera fuerza política, en detrimento del PP y del PSOE -aunque este último se estabilizaría con la caída de Podemos-, pone así 'deberes' a Díaz en la misma dirección a la que apunta con los populares a nivel nacional para apoyar los PGE, cuya presentación "llega tarde" -está prevista para el 23 de marzo- pero es mejor que la opción de no lograr un acuerdo (basado en condiciones como la dimisión de la senadora popular Pilar Barreiro, imputada por el caso Púnica) y que se produzca un adelanto electoral.