Política

El Aquarius permite a Sánchez ir a Bruselas el 27 con un gesto en inmigración

No descarta ir a Valencia a recibir el barco con 629 inmigrantes que rechazan Italia y Malta, para que Merkel y Macron tomen nota del cambio; pero en el PSOE hay quien advierte contra el 'efecto llamada'

  • Sánchez y el titular de Asuntos Exteriores, Borrell, en su primero Consejo de Ministros

Además de hacerlos por razones "humanitarias", Pedro Sánchez ha decidido demostrar a sus socios europeos, antes de verse con ellos en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno los días 27 y 28 de junio, que el cambio en política migratoria también se demuestra andando.

Después de sus críticas a la cicatería de los gobiernos de Mariano Rajoy a la hora de acoger refugiados sirios, la negativa de Italia y Malta a dejar entrar en sus puertos al Aquarius, con 629 inmigrantes a bordo, le ha puesto en bandeja la oportunidad de mandar a Europa un gesto, un mensaje de que hay otro Gobierno y otras políticas en España; de izquierda.

Y la ha aprovechado dejando atracar el barco en el puerto de Valencia. Es más, según fuentes gubernamentales, "no descarta" ir en persona a recibir a los inmigrantes cuando el barco arribe a España, dentro de tres días.

El asunto admiten algunas fuentes socialistas a Vozpópuli, "tiene riegos de crear un efecto llamada, ahora que viene el buen tiempo" y se acerca la consiguiente oleada de pateras de todos los veranos en el Estrecho de Gibraltar, entre Marruecos y España.

Pero la cerrazón italiana a una solución humanitaria -solo hay que ver el tuit del ministro del Interior transalpino, Matteo Salvini, felicitándose de que los 629 inmgrantes no desembarcarán en sus puertos- va a poner a Sánchez la alfombra roja en su estreno bruselense. El recién elegido presidente socialista quiere desmarcarse del neopopulismo italiano para situarse como reserva europeísta en el sur del continente. 

Sánchez sabe que el 27 se va a encontrar con un ambiente hostil a los inmigrantes. Y no solo en los países del Norte y Centroeuropeos, porque la llegada al poder en Italia de una coalición entre el movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo y la Liga de Salvini, ha sumado a ese país a la corriente de rechazo tras años de duras escenas de miseria en Lampedusa.

Expectación ante la llegada de Sánchez

Este domingo, el diario 'El País' informaba de que la Comisión Europea y los países troncales de la UE, Alemania y Francia, principalmente, observan con expectación la llegada de Sánchez como posible socio frente a los Viktor Orban (Hungría), y primeros ministros de Dinamarca y otros países del norte y el Este que rechazan tajantemente ser destino final de refugiados de otras culturas.

En Lesovo, Bulgaria, el país más pobre de la UE, empezó un muro que hoy ya tiene 200 kilómetros para impedir que refugiados sirios lleguen a las fronteras de los países comunitarios.

Así que no es de extrañar que la canciller alemana, Ángela Merkel, muy sensible al tema de los refugiados, y la Comisión Europea vea en Pedro Sánchez buenas credenciales europeístas. "Tiene tonos parecidos a los de Macron con un toque socialdemócrata y es una especie de anti-Italia: puede ser un aliado ideal para Bruselas y París en los principales debates", según un estrecho colaborador del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.

En el comunicado, España dice cumplir "los compromisos internacionales en materia de crisis humanitarias", que esta tanto como decir que Italia y Malta no lo han hecho

Por eso, este lunes el presidente del Gobierno cogió la palabra al presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, que le había ofrecido Valencia como puerto de acogida, y se adelantó a los acontecimientos de final de mes en Bruselas.

Hace un año y medio Puig ya intentó que Rajoy le autorizara a fletar un barco de la naviera Balearia para ir a recoger 1.500 refugiados sirios a Grecia y el Ejecutivo del PP no le dejó para no salirse de la ortodoxia comunitaria del reparto de cuotas que nunca se llevó a cabo.

En el comunicado emitido por La Moncloa, Presidencia del Gobierno señala que España va a cumplir así "sus compromisos internacionales en materia de crisis humanitarias", que es tanto como decir que Italia y Malta no lo han hecho en relación a la crisis del Aquarius.

 

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