Política

Sánchez deja a Margarita Robles 'señalada' tras la crisis de los misiles con Arabia Saudí

La ministra de Defensa, a quien el presidente desautorizó el domingo por la noche en una entrevista, indigna al PSOE con su ausencia este lunes en la celebración de los cien días de gobierno 

  • Robles compareciendo ante la Comisión de Defensa del Senado el pasado lunes 10

"Ella va por libre", comentaban este lunes indignados algunos ministros y cargos del PSOE que se dieron cita en Casa de América para celebrar los 100 días de la llegada al poder de Pedro Sánchez, ante la notoria ausencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, exportavoz del Grupo Socialista. Era un acto importante, repleto de empresarios y directivos de medios de comunicación, de esos que hacen los partidos de ciento en viento y donde pasan lista; y Robles decidió que la pusieran falta.

Tenía excusa para no acudir -a esa misma hora, mediodía, le tocaba presidir el Consejo Superior del Ejército del Aire en la otra punta de Madrid- pero en la mente de todos estaba aún fresca la reconvención del presidente apenas unas horas antes, en la noche del domingo, durante una entrevista en El Objetivo, por su controvertido papel en la venta a Arabia Saudí de 400 misiles. "Motivo de más: Pudo venir, saludar e irse al cuarto de hora, pero ha preferido hacer pública discrepancia", señalaba una fuente.

Y, aunque Pedro Sánchez lo negó, sus palabras sonaron el domingo a desautorización en horario televisivo de máxima audiencia: Arabia Saudí podía interpretar la no entrega de esas bombas como una revisión de todos los contratos. Y, como esa "competencia" (sic) es suya, priorizó "garantizar los puestos de trabajo a la Bahía de Cádiz y a la empresa Navantia" con la construcción de cinco corbetas para la Armada saudí -1.800 millones y 6.000 empleos en juego, nada menos-.

Esta versión dulcificada oculta el pulso que le ha estado echando su ministra desde el 3 de septiembre, cuando ella hizo saber que "paralizaba" la entrega de unos misiles ya pagados. Tras el revuelo con Arabia, y en la propia Andalucía, que exigió la intervención del ministro de Asuntos Exteriores, José Borrell, y hasta del director general del CNI, Félix Sanz Roldán, para calmar las aguas, el viernes 7 la ministra portavoz, Isabel Celáa, ya dijo al término del Consejo de Ministros que de "paralización", nada.

Pero, para sorpresa de todo el PSOE, el lunes 10, Margarita Robles volvía a insistir en que el contrato estaba "en estudio, paralizado, llámenlo como quieran". El hecho de que lo hiciera en el Senado acrecentó la alarma de los sindicatos en Navantía, que comenzaron a organizar manifestaciones en defensa de sus empleos. Fue el punto de no retorno: el presidente del Gobierno zanjór la cuestión con un puñetazo encima de la mesa e hizo incluso que Borrell desmintiera a Robles tres días más tarde, ya que ella se negaba a rectificar.

En el PSOE se comenta que Sánchez no puede permitirse una tercera dimisión, y menos de la ministra de Defensa, porque evidenciaría una crisis total en el Gobierno

En círculos socialistas se reconoce que el asunto es "grave" porque Robles ha quedado "tocada" en su autoridad; tanto internamente, en las Fuerzas Armadas, como externamente, ya que ha quedado invalidada como interlocutora ante Arabia Saudí, uno de los socios comerciales más importantes que tiene España -petróleo, AVE a la Meca y otros contratos-. Preocupa en el partido que la crisis de los misiles llegue cuando ya le han dimitido a Sánchez en cien días dos ministros -Máxim Huerta y Carmen Montón-, y hasta una directora general de Trabajo tras la pifia que supuso la legalización de un sindicato de prostitutas.

"No podemos permitirnos una tercera dimisión sin que el Gobierno entrara en una crisis probablemente irreversible", sostiene un diputado y no precisamente de los críticos con el presidente del Gobierno. Todo, además, con la sombra de unas elecciones anticipadas que el propio Sánchez ya no se molesta en descartar si le rechazan el Presupuesto 2019.

Hasta el PNV, socio del Gobierno desde la moción censura, terció este lunes en el debate para ponerse del lado de La Moncloa y los que defienden mantener los acuerdos con el Reino wahabí, porque una ruptura podría llegar a afectar incluso a la industria armamentística del País Vasco. "Todos pensamos rápidamente en los astilleros, que iban a verse afectados. Por tanto, me parece un tanto inocente, porque muchas veces no depende tanto de la voluntad tomar una decisión, y de si algo es negro o blanco, sino de la realidad en la que estás metido", apunta su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban.

Esteban cree que "es muy difícil para el Gobierno romper los acuerdos con Arabia Saudí" en estos momentos no solo en el aspecto militar, sino también en otros aspectos en el ámbito civil, que son inversiones muy importantes en los dos sentidos".

El PP quiere hacer 'sangre' con Margarita Robles y este miércoles la preguntará en el Congreso: "¿Es consciente la ministra de que solo acierta cuando rectifica?"

El PP ha olido sangre en el conflicto abierto entre la ministra y su partido, y se dispone a sacar rentabilidad. Este miércoles, el diputado del Grupo Popular, Ricardo Tarno, va a preguntar a la titular de Defensa: "¿Es consciente la ministra de que solo acierta cuando rectifica?".

Su vicesecretario de Organización, Javier Maroto, considera que la actuación del Ejecutivo socialista en la venta de bombas a Arabia Saudí está "rozando el esperpento". A su entender, no se puede decir "una cosa y la contraria", hasta el punto de intentar "convencer" a los ciudadanos de que las bombas que vende España "no matan a nadie".

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