La democracia es un conjunto de formas, no solo resultados. Y cuando el PSOE habla de que "no habrá otra investidura" en esta legislatura si Pedro Sánchez pierde las dos votaciones en el Congreso de los Diputados, 23 y 25 de julio, lo que está haciendo en realidad es poner 'deberes' al Rey Felipe VI, que éste aceptará... o no, avisan distintas fuentes parlamentarias consultadas por Vozpópuli.
Porque, en caso de investidura fallida, el candidato decae y la iniciativa política vuelve al monarca, quien dispone de dos meses -artículo 99 de la Constitución-, hasta el 23 de septiembre, para organizar cuantas rondas de consultas y plenos de investidura quiera; con Sánchez como candidato -y éste rechazarlo si no lo ve claro, como hizo Mariano Rajoy tras los comicios de 2015- o con otro candidato a presidente propuesto por el monarca.
La pasada semana, la ministra de Hacienda, María Jesus Montero, dejó caer que "no habrá más investidura que la de julio. Y este miércoles, en respuesta a una propuesta que Pablo Iglesias publicó en La Vanguardia, el secretario de Organización del partido y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, oficializó esa postura al señalar que el líder de Podemos plantea "dos momentos de investidura que nosotros no contemplamos, porque queremos una sola investidura".
La respuesta del PSOE a Iglesias sobre la #investiduraARV https://t.co/zQj2Rd4kES
— AlRojoVivo (@DebatAlRojoVivo) July 3, 2019
El problema, dicen fuentes de la oposición consultadas por este periódico, es que eso "no está en manos" de Sánchez ni del PSOE. "Si en septiembre Iglesias va a donde el Rey y dice que renuncia a la coalición y acepta el gobierno de cooperación que proponen los socialistas... ¿Qué va a hacer Sánchez? ¿le va a decir que no al Rey?", se pregunta un diputado en activo.
Llegados a ese punto, el dilema no será el mismo que planteó el 'no' de Rajoy porque la cuenta atrás para una repetición de elecciones generales el 10 de noviembre ya estaría en marcha, pero políticamente tiene "muy difícil venta" a la opinión pública que desde el 25 de julio hasta el 23 de septiembre, cuando el Rey disolvería las Cortes, nadie, del jefe del Estado abajo, intente "evitar que los españoles vuelvan a las urnas en seis meses.
Se acrecentaría el problema de desafección hacia la política y los políticos que ya aparece en el barómetro del CIS correspondiente al pasado mes de junio, fruto de los dos meses y medio que han transcurrido desde las elecciones generales del 28 de abril sin vislumbrarse una salida para la investidura del líder socialista.