Bajo el aparente pulso entre Susana Díaz y Albert Rivera por la duración de la legislatura andaluza, la verdadera batalla que está librando desde hace semanas la presidenta de la Junta es con Pedro Sánchez, para no ver sus comicios autonómicos eclipsados bajo una hipotética convocatoria conjunta con las Elecciones Generales.
Por eso, cuando le escuchó este lunes anunciar que retrasa tres meses la presentación del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado 2019 -hasta "noviembre o principios de diciembre", dijo en la SER-, se encendieron las alarmas en el cuartel general del PSOE andaluz. Máxime tras añadir el presidente del Gobierno que, si no se aprueba, renunciará a prorrogar el actual presupuesto porque "no es el mío". Es decir, que convocará a los españoles a las urnas.
Llegada a ese escenario sin haber celebrado elecciones en Andalucía, Susana Díaz no tendría margen para ir en solitario a las urnas en marzo. Por eso ayer mismo se revolvió y respondió a Sánchez -en otra entrevista a la SER- que decidirá "en semanas" si llama a los andaluces a las urnas ya -baraja las fechas del 18, 25 de noviembre o el principio de diciembre- o lo deja para marzo, conjuntamente con las hipotéticas generales.
Díaz intentó recuperar la iniciativa horas después de la entrevista al presidente afirmando que será ella quien decida "en semanas" si ambas elecciones se solapan o no
Eso sí, la presidenta de la Junta volvió a recordar, como hizo el pasado 25 de julio, dos días después de entrevistarse con el jefe del Ejecutivo en La Moncloa y cuando empezaron a arreciar los primeros rumores de disolución de las Cortes, que ella quiere celebrar sus elecciones con "acento andaluz" y no hablando de Cataluña.
Bien es cierto que hay sectores del socialismo andaluz que creen que en esta ocasión al PSOE-A le interesa ir conjuntamente a las urnas "para acentuar el debate derecha-izquierda, la exhumación de Franco y otros" y no hablar tanto de la gestión de la Junta, aseguran diversas fuentes a Vozpópuli.
El caso es que no son pocos los alcaldes y presidentes autonómicos del PSOE que ven en ello la ocasión idónea para que también se disuelvan las Cortes. Temen, y así se lo han hecho saber al secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que, de juntar ambas, las generales se acaben celebrando en el temido superdomingo del 26 de mayo: habría que meter papeletas hasta en seis urnas -Europeas, Congreso, Senado, Autonomía, Municipio y entes locales (cabildos y concejos)-.
Y, a medida que a Sánchez se le complica la legislatura, presidentes y alcaldes del resto de federaciones que no son el todopoderoso PSOE-A lo ven con pavor. Un eventual voto de castigo les afectaría a ellos, como pasó en 2011 con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en caída libre; o en 2015 al PP, con el Ejecutivo de Mariano Rajoy ya contra las cuerdas.
La presidenta andaluza ha decidido poner el foco en Ciudadanos más que en La Moncloa porque le interesa en la dinámica electoral que se le avecina
De momento, la presidenta andaluza disimula y pone el foco en Ciudadanos. Si hay adelanto electoral allí "se sabrá en cuestión de semanas". "Lo vamos a ver en cuanto volvamos al curso parlamentario y veamos la actitud; si estos nerviosismos que hemos tenido durante este fin de semana de querer darnos órdenes desde Cataluña o Madrid van más allá -en referencia a Albert Rivera o a Inés Arrimadas- y si hay voluntad de que sean tres meses más tarde o tres meses antes", señaló Díaz a la SER.
La negociación de los presupuestos andaluces, indicó, determinará que Andalucía cuente con 1.100 millones más y "no tiene mucho sentido" condicionar ahora la negociación "al cambio del Estatuto de Autonomía", en referencia a la supresión de los aforamientos que exige Ciudadanos.
Ha asegurado que su intención es agotar la legislatura y que Andalucía "tenga estabilidad", a la vez que ha reconocido que su diálogo con el líder de Ciudadanos en la comunidad, Juan Marín, ha sido "fluido", pero ha advertido de los "volantazos" que está dando ahora la formación naranja por el "nerviosismo" en su competición con Pablo Casado por ver "quién es más de derecha".