Después de la histórica visita de Estado de los Reyes a Cuba, el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez ofrece otros guiños a la izquierda bolivariana -y por extensión a Podemos-, según fuentes diplomáticas consultadas por Vozpópuli, que destacan el hecho de que España se resista al cambio de presidente en Bolivia y que esté preparando un viaje de Felipe VI a Argentina para asistir a la toma de posesión del peronista Alberto Fernández.
A diferencia de EEUU y varios Gobiernos latinoamericanos y europeos, el Ejecutivo español no ha hecho un reconocimiento expreso de la presidenta interina en Bolivia, Jeanine Áñez. En Exteriores se han remitido en los últimos días al último comunicado sobre la situación interna en el país andino, que databa del lunes y en el que se condenaba la intervención de los militares que llevó a la renuncia de Evo Morales.
?? Situación en #Bolivia: el gobierno de España reitera el llamamiento a todos los actores políticos bolivianos a trabajar por vías institucionales y pacíficas para hacer posible la convocatoria de unas nuevas elecciones a la mayor brevedad.#Comunicado: https://t.co/TPDiT66H7O
— Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación (@MAECgob) November 11, 2019
El departamento de Josep Borrell indicó aquel día que "España condena que el proceso abierto ayer hacia una nueva convocatoria electoral se haya visto distorsionado por la intervención de las FFAA y de la Policía sugiriendo a Evo Morales que presentara su renuncia a la Presidencia, lo que éste hizo más tarde". Esta intervención castrense "retrotrae", a juicio del Ejecutivo español, "a momentos ya pasados de la historia latinoamericana", refiriéndose a las dictaduras militares en el Cono Sur durante la Guerra Fría.
Anoche hubo otro comunicado en el que España daba la bienvenida a la designación de Jean Arnault como enviado especial para Bolivia del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pero no se mencionó en el texto a Áñez ni se aludió al nuevo Ejecutivo que ha puesto en marcha.
La baza de la ambigüedad
El Ejecutivo de Sánchez está jugando la baza de la ambigüedad en esta crisis política. El embajador español en La Paz, Emilio Pérez de Ágreda, estuvo presente en la sede del Legislativo junto con otros representantes extranjeros como testigos de la proclamación de Áñez. Lo hizo a invitación de la Conferencia Episcopal, que es la que impulsa la mesa de negociación, resaltaron las citadas fuentes.
Mientras, en Madrid, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, recibirá hoy en su despacho al embajador de Evo Morales, Ramiro Tapia, en un claro gesto de cortesía que sólo se tiene con unos pocos embajadores extranjeros salientes.
Por el momento, se desconoce si la partida del representante de Morales en España, de la que no se tenía noticia hasta que ayer a última hora se conoció la agenda del ministro, se debe a una destitución ordenada por el nuevo Gobierno de Áñez o si el propio embajador ha presentado su dimisión del cargo.
La fecha del 10 de diciembre condiciona la presencia del Rey en Buenos Aires ya que en esos días podría celebrarse la ronda de consultas con los partidos
El otro guiño es la intención del Gobierno de que Felipe VI represente a España en la toma de posesión de Alberto Fernández, vencedor en los últimos comicios presidenciales en Argentina. El acto está fijado para el 10 de diciembre, una fecha que condiciona la presencia del Rey en Buenos Aires ya que en esos días podría celebrarse la ronda de consultas con los partidos de cara a una eventual investidura de Sánchez.
El artículo 99 de la Constitución confiere al jefe del Estado la celebración de estas consultas como paso previo para la propuesta de un candidato a la Presidencia del Gobierno, así que las fechas para ello también son una potestad regia. En cualquier caso, las citadas fuentes no ven incompatible las audiencias con los líderes políticos en La Zarzuela en la misma semana de un hipotético desplazamiento a Argentina.
Desde que tomó posesión en el verano de 2018, el Gobierno de Pedro Sánchez se ha propuesto poner en marcha una fórmula estable para institucionalizar la representación española en las ceremonias de toma de posesión de los presidentes iberoamericanos, según Europa Press.
Una ley no escrita
Si bien no hay una regla escrita, Felipe VI ya estuvo en las tomas de posesión del mexicano Andrés Manuel López Obrador hace un año, y en la del panameño Laurentino Cortizo el pasado verano. Por contra, el Rey no asistió a la del brasileño Jair Bolsonaro en enero -fue la entonces presidenta del Congreso, Ana Pastor- ni a la del salvadoreño Nayib Bukele en junio, en vísperas también de una ronda de consultas, por lo que la representación española recayó en aquella ocasión en el presidente del Senado, Manuel Cruz.
Si Felipe VI viaja a Buenos Aires será su segunda visita al país este año, ya que el pasado marzo él y la Reina Letizia hicieron una visita de Estado -la máxima expresión de las relaciones entre dos países- antes de asistir al VIII Congreso Internacional de la Lengua Española en la ciudad de Córdoba.
Como Príncipe de Asturias, Felipe VI acudió a un total de 69 ceremonias de posesión de los presidentes iberoamericanosente entre 1996 y 2014, pero desde su proclamación como Rey la fórmula ha sido variable ya que la Princesa de Asturias es menor de edad. Su padre, Juan Carlos I, acudió a varias tras abdicar.